El candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, celebró la elección del nuevo Papa.
El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, se convirtió en el nuevo Papa de la Iglesia católica y el primero de América Latina, con el nombre de Francisco I, tras ser elegido este miércoles como sucesor de Benedicto XVI.
El anuncio del nombre de este nuevo papa, el primer jesuita y el 266º de la historia fue acogido con gritos de alegría por la muchedumbre enfervorizada que abarrotaba la gran plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Poco después, Francisco I salió al balcón por primera vez, donde bromeó sobre el hecho de que los obispos hubieran ido a buscarlo “al fin del mundo”.
Ya en tono serio, instó a los 1.200 millones de católicos del mundo a “emprender un camino de fraternidad, de amor” y de “evangelización” y rindió tributo a Benedicto XVI, que renunció al cargo el pasado 28 de febrero, en un geso sin precedentes en siete siglos.
Antes de despedirse, pidió a las decenas de miles de fieles, turistas y curiosos presentes un “minuto de silencio”.
Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, Jorge Bergoglio es un hombre tímido y de pocas palabras que goza de un gran prestigio entre sus seguidores, que aprecian su total disponibilidad y su forma de vida, alejada de toda ostentación.
Goza de prestigio por sus dotes intelectuales y dentro del Episcopado argentino es considerado un moderado, a mitad de camino entre los prelados más conservadores y la minoría “progresista”.