Latinoamérica soportó treinta desastres naturales en 2012, que afectaron a cuatro millones de personas, causaron la muerte de 548 -el 6 por ciento de las víctimas en el mundo- y supusieron pérdidas económicas por valor 1.000 millones de dólares (774 millones de euros).
A nivel global, 2012 marcó un nuevo récord en cuanto a pérdidas económicas -por un valor de 138.000 millones de dólares- al tratarse del tercer año consecutivo en el que éstas superan los 100.000 millones de dólares, indicó hoy la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR).
“En el mundo se produjeron un total de 310 desastres, que se cobraron la vida de 9.330 personas y afectaron a otras 106 millones”, dijo en rueda de prensa la directora de la UNISDR, Elisabeth Longworth.
En la región de Latinoamérica, uno de los países más afectados fue Perú, que registró 84.577 afectados y más de la mitad de las muertes en la región (252 víctimas), situándose en la quinta posición a nivel mundial por número de decesos.
En Guatemala se contabilizaron un total de 1.531.750 personas afectadas y 74 decesos, y en Paraguay, 1.470.945 perjudicados y 5 muertes.
Estos dos países fueron además los que registraron las cifras más altas de muertos y afectados por desastres naturales, con 23.071 y 11.305 personas por cada 100.000 habitantes, respectivamente, como consecuencia de sequías, inundaciones, terremotos o volcanes.
“Latinoamérica ha hecho muchos esfuerzos en materia sanitaria para reducir los efectos de los desastres naturales, pero todavía le queda mucho por hacer en materia de prevención”, declaró a Efe la directora del Centro para la Investigación en la Epidemología de los Desastres de la Universidad belga de Louvain, Debby Guha-Sapir.
La experta sostuvo que “las políticas de reducción de riesgos son baratas y muy eficaces, por lo que no tienen excusas para no ponerlas en marcha”.
En relación a los desastres a nivel global, la mayoría de las víctimas el año pasado lo fueron por inundaciones y sequías, responsables del 80 por ciento del total.
“Sin embargo, estos fenómenos ocurrieron en los países más pobres, donde la mayoría de los bienes no están asegurados”, señaló Guha-Sapir.
Guha-Sapir y Longworth detallaron que la mayor parte de los 138.000 millones de dólares de pérdidas económicas el año pasado, 85.700 correspondieron a Estados Unidos, principalmente por los daños causados por el huracán “Sandy”.
El tifón Bopha se convirtió, a su pasado por Filipinas, en “el peor desastre de 2012 al cobrarse la vida de más de 1.900 personas” y suponer la pérdida de 1.800 millones de dólares (unos 1.400 millones de euros).
“La penetración de los seguros en Filipinas sólo es del 1 por ciento”, agregó la directora del CRED.
En este sentido, Guha-Sapir defendió la necesidad de tener en cuenta el número de muertos y no sólo la cuantía de perdidas económicas para calcular la dimensión de un desastre. EFE