El papa Francisco, ex primado de Argentina, reservó el lunes su primera audiencia a un jefe de Estado a la presidenta de su país, Cristina Kirchner, quien le pidió que intercediera para resolver mediante el diálogo la disputa de soberanía con el Reino Unido por las islas Malvinas.
“Le hemos pedido a Francisco que interceda para que ese diálogo entre el Reino Unido y la Argentina pueda llevarse a cabo”, afirmó la mandataria sudamericana en una rueda de prensa celebrada tras este encuentro con un Papa al que dijo haber visto “sereno, seguro y en paz”.
Kirchner recordó en ese sentido a los periodistas el “entendimiento” al que llegaron su país y Chile, gracias a la intervención de Juan Pablo II, para resolver tensiones fronterizas en torno al canal de Beagle a finales de los años 70.
La presidenta argentina señaló que, contrariamente a entonces, tanto Argentina como el Reino Unido son democracias, por lo que las condiciones son ahora “mucho más favorables”.
“Lo que queremos es que se cumplan las múltiples resoluciones de Naciones Unidas” que desde 1965 instan a los dos países a dialogar, insistió Kirchner a su regreso del Vaticano.
Argentina y el Reino Unido ya libraron en 1982 una guerra relámpago por la soberanía del archipiélago del Atlántico Sur que los británicos controlan desde 1833 y que denominan Falklands.
Desde entonces, Argentina canaliza su reivindicación por vía diplomática, pero el Reino Unido rechaza cualquier diálogo insistiendo en el derecho de autodeterminación de los isleños.
En un referéndum celebrado hace una semana y que Argentina no reconoció, los habitantes de las Malvinas votaron abrumadoramente, por más de 99%, seguir siendo un Territorio de Ultramar Británico.
La iniciativa de Kirchner sorprendió en la víspera de la inauguración oficial del pontificado de Francisco, el primer papa latinoamericano y el primer jesuita elegido el pasado miércoles.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, se había limitado a anunciar previamente que ambos mantuvieron una “reunión informal” de “unos 15 o 20 minutos” antes de compartir un almuerzo privado.
Kirchner y el hasta ahora arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, mantienen relaciones tensas que se remontan a la época de la presidencia de Néstor Kirchner, el ya fallecido marido de la actual mandataria argentina, y se esperaba que este primer encuentro sirviera para limar asperezas.
Sin entrar en detaller, la mandataria argentina dijo que habían mantenido un diálogo “fructífero, importante”, durante el almuerzo, antes del cual ambos se intercambiaron regalos.
El encuentro con Kirchner fue el primero de Francisco con uno de los numerosos jefes de Estado y de gobierno que están llegando al Vaticano para asistir a la misa de inauguración oficial del papado, el martes por la mañana.
Entre ellos figuran los presidentes de Brasil, México, Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica y Honduras así como representantes de otros países de Latinoamérica, que vienen a rendir homenaje al primer papa del subcontinente.
También estarán presentes el heredero de la Corona española, el príncipe Felipe, y la argentina Máxima Zorreguieta, futura reina consorte de Holanda, así como el primer ministro francés Jean-Marc Ayrault, y la canciller alemana, Angela Merkel.
En las últimas horas ya llegaron a la capital italiana el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, acusado de graves violaciones de derechos humanos y que no puede pisar la Unión Europea.
Las autoridades romanas prevén la llegada a la ciudad de hasta un millón de personas para esta celebración que tendrá lugar en la plaza de San Pedro del Vaticano, con capacidad para unas 250.000 personas.
Siguiendo la línea de simplicidad que ha demostrado en sus primeros días como líder de la Iglesia católica, Francisco eligió un anillo de Pescador de plata dorada, cuyo diseño había sido presentado a uno de sus predecesores, Pablo VI.
Este símbolo del papado, que representa a San Pedro, fundador de la Iglesia, con las llaves del reino de Dios, le será deslizado en el dedo durante la ceremonia, en la que también recibirá el palio.
Un papado bajo el signo del cambio
Menos de una semana después de su elección sorpresa a la cabeza de la Iglesia, el miércoles pasado tras un cónclave de dos días, el papa Francisco ha insuflado aires de cambio a la milenaria institución, que durante los ocho años bajo el timón de Benedicto XVI se vio afectada por varios escándalos.
Además de sus palabras por “una iglesia pobre y para los pobres” más cercana a los orígenes del cristianismo, el cambio de la llegada de Francisco, considerado un ortodoxo en lo doctrinal y más moderado en lo social, se ha notado sobre todo en las formas, con su estilo directo, su cercanía con la gente, y su sentido del humor.
El nuevo Papa -apodado “Pancho”, “Paco” o “Quico” por los peregrinos- demostró nuevamente su popularidad el domingo cuando más de 150.000 personas le aclamaron en la plaza de San Pedro para su primera oración del Ángelus, en la que puso la misericordia y el perdón en el centro de la acción de la Iglesia.
La renuncia histórica del Papa alemán y la elección de Francisco abren ahora nuevas perspectivas para la Iglesia católica, con 1.200 millones de fieles en todo el mundo pero que se enfrenta al reto de frenar la secularización creciente de la sociedad, en particular en los países occidentales.
Afp