Para el jefe del comando de Campaña Simón Bolívar, Henri Falcón, es una lástima que quien pretende conducir el país, se coloque de espaldas a la exigencia colectiva de ver a sus dirigentes en un debate de ideas.Prensa
Opinó que para que en Venezuela se concrete la transición en paz, debe promoverse el debate de altura, con diálogo claro y sincero, lejos de los insultos y la confrontación estéril. “Jorge Rodríguez lo primero que debe hacer por respeto al pueblo de Caracas, es separarse de su cargo para dedicarse a la campaña. Asimismo deberían hacerlo todos los ministros, por ética y responsabilidad con el país”.
Henri Falcón resaltó que en el inicio de esta cruzada de Henrique Capriles por los estados Mérida, Táchira y Zulia, se siente el renacer de la esperanza. “Miles y miles de electores se dieron cita para recibir al candidato de todos los venezolanos. En la calle se siente la victoria del cambio democrático”.
Agregó que las visitas hechas este fin de semana para juramentar los Comandos de Campaña en los distintos estados del país, como Aragua, Carabobo, Yaracuy, Barinas, Portuguesa y Lara, evidenciaron que toda la maquinaria opositora está rumbo al éxito y quedará demostrado que los votos no se heredan ni se traspasan.
Los ataques contra Henrique sólo demuestran el desespero y el nerviosismo de quienes se sienten derrotados y rechazados por el pueblo que alguna vez los respaldó.
Falcón comentó que en solo 100 días, el gobierno ha paralizado la administración pública, devaluó la moneda, desató la inflación y generó una histórica escasez en productos de la cesta básica.
“Le metieron la mano en el bolsillo a los más pobres de Venezuela para financiar la ineficiencia”.
Con el paquetazo, la comida ahora es más cara, el sueldo no alcanza para vivir con dignidad y para colmo, se multiplica el desempleo.
“A eso hay que sumarle los apagones que son cada día más frecuentes, como resultado de la falta de planificación y gerencia”.
Además la inseguridad ha alcanzado niveles históricos en el país y no se aprecia un plan nacional para hacerle frente al delito; por el contrario se niega el diálogo con gobernaciones y alcaldías, por diferencias partidistas, negando al país la posibilidad de construir una Venezuela en paz y con tranquilidad.