La ciudad de Elche (sureste de España) envió hoy al Papa Francisco una palma blanca artesana de 3,5 metros de alto y coronada por la figura de un Cristo crucificado, para la celebración del Domingo de Ramos.
EFE
La palma, que no incorpora el escudo papal recientemente elegido por Francisco por falta de tiempo para su confección, ya ha partido con destino a la Ciudad del Vaticano humedecida en agua y azufre, envuelta en un plástico y dentro de un armazón de madera.
El Ayuntamiento de Elche (ciudad llamada antiguamente Ílici) cumple, de esta manera, la tradición de regalar varias palmas representativas de la ciudad al pontífice.
Tradicionalmente, Elche también regala palmas a los Reyes de España y al presidente del Gobierno español, y a las principales autoridades de la Comunidad Autónoma de Valencia, a la que pertenece Elche.
Como se ha hecho en Elche desde el siglo XIV, las familias Carbonell y Serrano han vuelto a confeccionar a mano el trenzado de las palmas regaladas al papa y a las autoridades españolas.
Todas tienen el denominador común de representar motivos ilicitanos, como el palmeral (reconocido como Patrimonio por la UNESCO) o la figura de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Asunción, y en el caso de la del Papa Francisco tiene el añadido de una gran cruz con el Cristo crucificado en la cúspide.
Algunas de estas palmas llegan a costar 3.000 euros (unos 3.887 dólares).