El telescopio espacial Planck ha capturado una imagen de la primera luz del Universo, un fósil cosmológico transformado hoy en “hiperfrecuencias” que surgió hace más de trece mil millones de años, poco después del Big Bang, informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA).
EFE
Se trata de la imagen con más detalle jamás producida de lo que los científicos llaman “la radiación cósmica de fondo” o “radiación cósmica microondas (CMB, por sus siglas en inglés), cuyo origen se remonta a 380.000 años después del Big Bang, explosión que se produjo hace 13.800 millones de años.
“Para un cosmólogo, este mapa es una mina de oro de información”, señaló el astrofísico de la Universidad de Cambridge George Efstathiou, miembro del equipo científico de la misión Planck.
Esa luz primitiva, congelada en el espacio durante millones de años, tiene ahora una temperatura de solo 2,7 °C por encima del cero absoluto de -273,15 °C, cuando la mecánica cuántica establece que las partículas dejan de moverse.
No obstante, esa luz mostraba en sus orígenes pequeñas fluctuaciones de densidad que corresponden a las “semillas” de lo que después fueron las estrellas y galaxias que conocemos actualmente.
La CMB, responsable de una pequeña parte de la “nieve” que aparece en las pantallas de los televisores analógicos al sintonizar un canal en blanco, “es una extrapolación enorme en el tiempo y en términos de energía”, explicó en conferencia de prensa el experto de la ESA Marcus Bauer.
“La cosmología no ha terminado, queda mucho trabajo por hacer” para llegar a tener “una fotografía consistente”, agregó el científico, quien subrayó que “es muy peligroso decir que sabemos lo que pasó (…) “sin que se puedan hacer pruebas en la Tierra” remontándose a un momento en el que “el universo entero cabía en una mano”.
Esa fotografía única es el resultado del procesamiento de los datos obtenidos hasta ahora por el Planck, un telescopio espacial lanzado en mayo de 2009 en un cohete Ariane 5 desde la base de Kurú, en la Guayana francesa para cartografiar el cosmos y analizar sus orígenes desde una órbita situada a 1.500 millones de kilómetros de la Tierra.
Los satélites COBE (Cosmic Background Explore) y WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) ya habían producido versiones anteriores de esa fotografía en 1992 y 2003, respectivamente, que establecieron que el Universo está compuesto de un 4,5 por ciento de materia ordinaria, un 22,7 % de materia oscura y un 72,8 de energía oscura.
Pero la imagen desvelada hoy por la ESA es diez veces más nítida que la que consiguió el WMAP hace ahora diez años.
“La misión Planck de la ESA ha sido capaz de ‘sintonizar’ la señal CMB con una precisión sin precedentes, eliminando todas las interferencias y fuentes superpuestas para mostrarnos la radiación cósmica de fondo con un asombroso nivel de detalle”, resumió la ESA, que ha invertido 1.700 millones de euros y 15 años de estudios preliminares en esa aventura espacial.
El director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, el español Álvaro Giménez indicó ante la prensa que “mirando en ese fósil y comprendiendo todos sus parámetros podemos realizar mediciones precisas” sobre el origen del Universo.
“En conjunto, la información extraída del nuevo mapa del Planck proporciona una confirmación excelente del modelo estándar de la cosmología con una precisión sin precedentes”, sostienen los científicos de la ESA.
Tal es la precisión de la nueva fotografía que hace posible “revelar algunas características inexplicadas que pueden requerir de nueva física para comprenderse”, añadieron los expertos desde el centro de mando espacial europeo.