Segundas partes no son buenas, dicen y a lo mejor tienen razón con el refrán al mencionar el caso de Nicolás Maduro, el heredero del testamento de Hugo Chávez, que no le hace mucho honor a una tradición republicana que se maneja por el voto y no por la sucesión hereditaria de un presidencialismo que quiere parecerse más a una monarquía que a un simple mandato de seis años, publica ABC de España.
Ludmila Vinogradoff / Corresponsal en Caracas
De tanto querer parecerse a su mentor y tutor, Maduro ha ido perdiendo su propia personalidad. Sus semejanzas con Chávez han ido acoplándose a tal punto que las diferencias han ido difuminándose para convertir las dos figuras en un retrato que solo Picasso las podría interpretar o el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin las pondría en un retrato monstruoso combinado de dos rostros en uno.
Chávez deja un tormentoso legado de 14 años de poder en manos de Maduro
Durante su mandato de 14 años Chávez nunca quiso que nadie más le hiciera sombra. Tal vez pensando que podría seguir mandando después de su muerte. Su narcisismo y egolatría jamás permitió que otros ocuparan su liderazgo. Pero en las postrimerías de su agonía, el 8 de diciembre de 2012, nombra a su pupilo Maduro como su heredero. Y de ahí en adelante viene la otra historia del culebrón.Hugo Chávez, muerto a los 58 años de un cáncer misterioso, deja un tormentoso legado de 14 años de poder en manos de Nicolás Maduro, un conductor de autobús, ex canciller y ex vicepresidente y ahora presidente interino, que pretende continuar el chavismo con el cuerpo insepulto de su líder, al que han denominado el «líder supremo», como si fuera una dinastía al estilo de los norcoreanos.
A nivel de instrucción académica hay mucha diferencia entre Chávez y Maduro. Mientras el primero se graduaba a duras penas con un año de reposición de oficial en la Academia Militar en el grado de teniente, según el ex ministro de la Defensa Fernando Ochoa Antich porque no pudo pasar la materia de alto mando militar, su heredero Maduro apenas exhibe un título de bachiller y presenta algunas e interrogantes en su partida de nacimiento y sus primeros años de vida en Venezuela.
«Maduro es un subversivo profesional»
Pero Maduro es un alumno aventajado y aprende su papel rapidísimo. El periodista y escritor Carlos Alberto Montaner asegura que un ex agente cubano del Partido Comunista de Cuba, «Maduro es el alumno aventajado de Raúl Castro (…) y de Fidel Castro» y que tiene «una formación marxista definida». Lo calificó de «subversivo profesional». Añadió que «en el departamento de América conocíamos primero a Maduro que a Chávez».
«Maduro es el alumno aventajado de Raúl y Fidel Castro»
«Eso quiere decir que Maduro, cuando se estrene como presidente electo, tratará de radicalizar el proceso por recomendación de La Habana (…) Cuba no puede correr el riesgo de perder unas elecciones o un referéndum revocatorio en Venezuela. Un subsidio de trece mil millones de dólares anuales, incluidos 115 000 barriles diarios de petróleo, es un botín demasiado jugoso para dejarlo escapar por un capricho de la aritmética».
Maduro trata de parecerse en voz y mando a Chávez pero se queda corto. De tanto manosear la figura insepulta del presidente fallecido –lo menciona unas 200 veces al día- que llega un momento en que no es ni lo uno ni lo otro, sino algo amorfo que la memoria colectiva no se lo va a perdonar.