Lo interceptaron en el momento en el que regresaba a su residencia, en compañía de su esposa, a quien salvó de ser alcanzada por una bala luego de empujarla hacia el suelo
El infortunado laboraba en el Matadero de Turmero y era padre de dos hijos, a quienes dejó en la orfandad
No sólo un teléfono Blackberry se ha convertido en el objeto del deseo de los delincuentes, pues un dispositivo móvil sencillo, de los llamados “perolitos”, llevó a que la noche del pasado viernes le segaran la vida a un joven de 24 años, en el momento en el que se dirigía a su residencia en compañía de su esposa.
Al menos 9 impactos de bala recibió en distintas partes del cuerpo a manos de uno o varios sujetos, quienes lo habrían interceptado a eso de las 10:00 de la noche en la calle Víctor Vargas del sector El Cambur, de Rosario de Paya, municipio Mariño.
Como Ángel Rafael Tovar (24), quedó identificado el infortunado que se convirtió en otra víctima más de la delincuencia que al parecer mantiene azotado el sector donde residía y en el que se registró el lamentable suceso.
Lisbeth Tovar, madre del infortunado, inmersa en dolor por tan lamentable hecho, informó ayer, en la morgue de Caña de Azúcar, que una vez les informaron de lo sucedido se acercaron hasta el lugar, confirmando que se trataba de Ángel Rafael.
De inmediato fue trasladado al Ambulatorio de Turmero, donde falleció segundos después de haber sido ingresado ante las heridas de gravedad que presentó. “Yo no sabía cuántos disparos recibió”, indicó la progenitora, pues tuvo conocimiento posteriormente cuando le notificaran a sus familiares en el Ambulatorio.
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