Estadísticas del Banco Central de Venezuela indican que en 2012 el país importó 59,3 millardos de dólares en bienes y servicios, 26,7% más que en 2011, cuando las compras en el exterior llegaron a 46,8 millardos de dólares.
Si se toma en cuenta que la población venezolana está en 29,7 millones de personas –según las proyecciones del censo de 2011 del Instituto Nacional de
Estadísticas- las importaciones per cápita en 2012 fueron de 1,9 millones de dólares, cifra que convierte a Venezuela, después de Chile, en la nación más importadora de Suramérica.
Datos de Conindustria muestran que Chile, con una población de 16,8 millones de habitantes, importó el año pasado 70,7 millardos de dólares: 4,1 millones de dólares per cápita.
Al comparar con otras naciones de la región, se observa que en 2012 Colombia, cuya población llega a 45,2 millones de personas, compró en el exterior 58,6 millones de dólares; 1,2 millones de dólares per capita. En lo que se refiere a Brasil y Argentina, el gremio no posee datos de los volúmenes de importación que registraron el año pasado.
“Venezuela es el único país que destruye su producción”, aseguró Félix Arellano, director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
Entre 1998 y 2007 (no hay estadísticas de años más recientes) el parque industrial venezolano se redujo 36%: pasó de 11.117 compañías a 7.093, de acuerdo con datos de Conindustria. En la década de los años noventa el sector manufacturero aportaba 18% al producto interno bruto del país, considerado como un buen ponderado para un país latinoamericano, según el presidente del gremio, Carlos Larrazábal. Actualmente el aporte es de 13,9%.
“Las importaciones crecen en detrimento del aparato manufacturero nacional. Mientras menos podamos producir más habrá que comprar en otros mercados”, afirmó.
A propósito del desabastecimiento de diversos productos (principalmente de alimentos) y de las reiteradas denuncias de distintos sectores productivos sobre la falta de divisas para sus operaciones, Arellano dijo que “vienen días muy oscuros para Venezuela”.
“Hay que esperar a ver si el Sistema Complementario de Administración de Divisas (sustituto del Sistema de Transacciones en Monedas Extranjeras) contribuye a resolver el problema de la falta de dólares, pero no creo que sea una salida”, añadió.
Más información en El Nacional.