Pocas veces se observan violaciones a la Constitución Nacional de manera tan abusiva y flagrante como lo ha evidenciado la conducta del Ministro de la Defensa desde el momento del fallecimiento del ex presidente, cuando salió, cual agitador de mitin a pedir a viva voz que la fuerza armada debía hacer campaña para que Nicolás fuera electo porque él se sentía comprometido por la petición que hiciera el 8 de diciembre el entonces presidente electo Hugo Chávez. Luego de las fuertes críticas internas y de los consejos que desde Brasil le pedían cuidar un poco las formas cabía la remota posibilidad de que el alto mando de nuestras Fuerzas Armadas agarrara mínimo y se apegara a su función constitucional y legal. Sin embargo, nuevos hechos los vuelven a dejar en evidencia y el Dip. Marquina hizo públicas unas denuncias muy graves sobre el uso del poder militar venezolano para realizar la operación remolque el 14 de abril.
Pudiera escribir cuartillas explicando este disparate ético, moral, constitucional y legal del uso indebido de las Fuerzas Armadas denunciado por Marquina, así como la evidente postura de agitador político del ministro de la defensa, pero dejaré que sea la propia Constitución de la República la que le grite en su cara a esos señores el atropello y la violación que de ella están haciendo. Trascribiré textual y completo, para que no me acusen de manipulador como lo hicieron con Globovision, el artículo 328 de nuestra VIGENTE constitución:
Artículo 328. La Fuerza Armada Nacional constituye una institución profesional, sin militancia política, organizada por el estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con la constitución y la ley. En cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna, sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica.
Como pueden apreciar estimados lectores ese artículo no requiere ningún tipo de interpretación, la Constitución que fue votada por la mayoría del pueblo en el año 1999 y ratificada en el referéndum del 2006, deja explícitamente establecido que nuestras fuerzas armadas no pueden estar al servicio de ninguna persona o parcialidad política y que no tienen militancia política. Dice también que deben proteger la independencia y soberanía de la nación. Qué estaba pensando el ministro de la defensa cuando decide poner abiertamente a los hombres armados de la república a hacer campaña y defender los votos del PSUV? Contra quién nuestros hombres en armas van a defender los votos del PSUV?, será contra la otra mitad de los venezolanos que tienen el mismo derecho constitucional de ser protegidos de potencias extranjeras o gozar del orden interno que ellas están llamadas a garantizar.
La cultura institucional, democrática y constitucional de nuestras fuerzas armadas se encuentra diametralmente opuesta a la conducta de quienes hoy la quieren convertir en la operación “busca votos” del PSUV. Estoy profundamente convencido que la inmensa mayoría de nuestros hombres de armas conocen el contenido del artículo 328 de memoria y deben sentir un profundo desprecio cada vez que les piden que violen la Constitución, por lo que se pronunciarán democráticamente el 14A, ejerciendo su derecho al voto por la opción que garantiza el cumplimiento estricto de nuestra carta magna.
El descalabro institucional al que nos ha llevado la imposición de la cultura castrista en el manejo del Estado conduce a que hoy día tan solo citar los artículos de nuestra constitución se convierta en un acto subversivo. Seguiré, al igual que millones de venezolanos, denunciando los abusos y las agresiones a las leyes, ya que estamos en una cruzada ética, donde la defensa de nuestros valores democráticos y civilizatorios se convierten en un imperativo moral. Combatir el modelo del caos es la única forma de mantener la vigencia del pensamiento de Bolívar y de los próceres de nuestra independencia, así como los héroes que hicieron posible nuestra democracia.
La denuncia no se puede convertir en una excusa para dejar de votar o participar activamente en la defensa de nuestros derechos y nuestra calidad de vida, al contrario, el mejor antídoto contra el autoritarismo y el atraso es la democracia y la participación ciudadana.
Carlos Valero.
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