Los caminos del Señor son inescrutables, al contrario que los de las redes sociales. Si eres un personaje público y se te ocurre decir algo demasiado original (por simplificar: algo muy tonto, ofensivo, surrealista, peliagudo, inconveniente, etc.) la maquinaría internetil arrancará inevitablemente para probable desdicha del «orador». También gustan mucho los fotomontajes, cuando se da el caso. Y ha vuelto a ocurrir, publica abc.es.
El martes Nicolás Maduro, candidato a la presidencia venezolana, arrancó la campaña electoral en la casa de su mentor, Hugo Chávez, donde habría recibido la bendición del líder bolivariano. Pero de una particular manera, obviamente, puesto que como todos saben, Chávez falleció recientemente. Maduro explicó que mientras rezaba en la capilla del lugar se le apareció Chavez en forma de «pajarito chiquitico», que le dio «tres vueltas acá arriba», por la cabeza, y que el interpretó como una bendición.
Y la avalancha tuitera no se hizo esperar, repleta en este caso de fotomontajes con mayor o menor gracia, pero sobre todo en abundancia, y mensajes de burla. Y no sólo usuarios de las redes sociales. El dirigente opositor Leopoldo López sugirió incluso que Maduro debería ser sometido a una «evaluación mental» por haber dicho las referidas palabras.
De todas maneras, Maduro afirmó sentirse feliz por haber compartido su «espiritualidad con el pueblo» y criticó a la burguesía por no respetar esta espiritualidad. «Yo conté algo muy sencillo que me pasó ayer, sí, me sucedió, me sucedió. Y me siento feliz de que me haya sucedido, es mi espiritualidad y me dio la gana de compartirla con el pueblo», se reafirmó. Mientras pronunciaba estas palabras, seguramente, en internet se compartía alguna caricatura del mandatario y «el pajarito chiquitico».