Hemos hablado hasta la infinidad de él, y como siempre lo he dicho, podemos hacer mapas enteros de su ubicación exacta, pero… ¿para qué queremos saber dónde está o llegar a él si una vez que estamos allí, no sabemos qué hacer con éste? Bueno, aquí mis recomendaciones para ellos (y para ellas también) acerca de cómo dar un verdadero y exótico masaje al clítoris, esa parte tan sensible femenina por excelencia.
Como bien sabemos todos, el clítoris es el órgano análogo al pene en el hombre, con millones de terminaciones nerviosas, y por ello mismo hay que saber hacer un buen masaje de calidad en una zona tan delicada como ésta.
Una vez que se tiene identificado en dónde está el clítoris, recomiendo a los hombres que sientan y perciban las diferencias de su mujer y sus reacciones cuando tocan el clítoris, o cómo se encuentra éste, antes, durante o después de tener una relación. Aprender a conocerlo, ayudará a saber cuáles son las sensaciones de ella o a intuir lo que está por venir.
Les recomiendo que realicen este primer masaje con ella sentada o acostada, como se sienta más cómoda y segura para comenzar a tener diversas sensaciones, quizá muchas de ellas, nuevas.
Ella debe tener las piernas abiertas y en una posición cómoda, en la que el hombre tenga fácil acceso a la vulva. Si puedes, de preferencia, ten a la mano una pequeña lámpara que te ayudará a mirar de cerca las reacciones del pequeño clítoris.
Comienza a examinar la vulva, toma un poco de lubricante o aceite lubricante comestible, y explora. Abre con dos dedos la vulva para entonces dejar al descubierto el clítoris. Comienza lentamente tocando el clítoris, con apenas toques muy suaves. La yema de tu dedo tocando apenas. Nunca lo aprietes con fuerza o dolerá.
Podrás usar uno o todos los dedos que quieras, siempre y cuando sean con suavidad. Casi después de los primeros toques, el clítoris se pondrá erecto. Toca apenas con la yema de uno de tus dedos el cuerpo erecto del clítoris (sí, no importa que sea de un tamaño minúsculo, las sensaciones serán mayúsculas) de abajo hacia arriba. Ella, para entonces, tendrá grandes dosis de placer, y con seguridad ya habrá lanzado algún pequeño grito y movido sus caderas. Si es así entonces vas por buen camino.
Mueve tus dedos (esta vez sí pueden ser dos por ejemplo) en círculos sobre el clítoris. Conforme esté más excitada aplica más presión. De acuerdo con la frecuencia con que ella solicite las caricias, frota más o menos rápido (de preferencia será más rápido conforme ella se acerque al orgasmo).
También recuerda que mientras das un masaje del clítoris puedes hacer otro al mismo tiempo de la vagina, insertando tu dedo en su vagina, y estimulando la parte superior de su pared vaginal para estimular el punto G.
Tal vez mientras tanto ella te pedirá que la penetres. Puedes hacerlo con alguno de tus dedos, pero por el momento no con el pene (ése será el postre final). Es muy seguro que tras este masaje de clítoris ella no tarde en llegar al orgasmo pero tampoco te apures en conseguirlo. Ella tendrá que definir y poner la pauta del ritmo y fricción.
Si, por el contrario, ella no llega al orgasmo, entonces sí, tal vez puedes intentar a penetrarla en el momento en que ella menos lo espere. El orgasmo vendrá en 5 segundos. Te lo aseguro.
Al final, el mejor final para un buen masaje de clítoris es efectivamente la penetración, aunque no siempre es del todo necesario. A veces puede concluir con una buena penetración anal o con algún otro juguete. El ritmo y la necesidad de lo que vendrá después lo deberán delimitar ustedes.