El régimen comunista cubano, que depende del petróleo y de los dólares de Caracas, tiene razones para inquietarse con la ajustada victoria de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela, cuyo apoyo a Cuba podría ser cuestionado.
AFP
“Los cubanos no pueden estar alegres con este resultado”, dijo a la AFP Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de estudios de Washington, luego del estrecho triunfo del domingo del delfín de Hugo Chávez, el carismático mandatario izquierdista fallecido el 5 de marzo, ante el candidato opositor Henrique Capriles.
“Ellos tienen que estar preocupados de que Maduro haya mostrado ser tan débil políticamente. La oposición tiene el impulso y definirá la hoja de ruta”, agregó en referencia a un posible “referéndum revocatorio”, que permite la Constitución de aquí a tres años.
“Este resultado podría acelerar el proceso de reformas de Cuba. El gobierno (de Raúl Castro) se verá obligado a buscar otras opciones económicas”, según Shifter.
Venezuela suministra en condiciones preferenciales dos tercios del petróleo que la isla consume. A cambio de unos 100.000 barriles por día, La Habana tiene trabajando en Venezuela a unos 40.000 profesionales, sobre todo en el sector de la salud.
Los casi 6.000 millones de dólares al año por estas “exportaciones de servicios” constituyen la mayor fuente de divisas de Cuba, por encima del envío de remesas familiares (2.500 millones), el turismo (2.000 millones) y las exportaciones de níquel, tabaco y productos farmacéuticos (casi 2.000 millones).
Durante la campaña electoral, Capriles no cesó de denunciar los “regalos” de Venezuela a Cuba: “ni una sola gota de petróleo” a la isla, declaró al acusar a Maduro de ser el “candidato” de La Habana.
“Cuba no puede esperar nada bueno de una mayor incertidumbre política en Venezuela”, dijo a la AFP el analista cubano Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (EEUU).
“El gobierno cubano haría bien en acelerar los procesos de reforma y apertura, preparándose para distintos escenarios, todos menos favorables que la situación actual”, según López-Levy.
“Los cubanos ahora comprenderán que el tiempo para depender de la generosidad del chavismo es limitado”, dijo a la AFP Paul Webster Hare, exembajador británico en Cuba y ex número dos de la embajada de su país en Venezuela, y profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Boston (EEUU).
La lección es la misma para el nuevo número dos del régimen cubano, Miguel Díaz-Canel, sucesor designado del presidente Raúl Castro, según Hare.
“Asumir la sucesión de los Castro será mucho más duro que lo que habían pensado, él tiene hasta 2018 para probar que es un líder en sintonía con las nuevas aspiraciones de los trabajadores independientes, de la juventud privada de internet y de los cubanos que ahora quieren vivir cerca de sus familias en el exterior”, agregó el exembajador.
Díaz-Canel, que cumplirá 53 años este 20 de abril, “necesitará comenzar a hablar más sobre las ambiciones materiales de los cubanos, acelerar las reformas que muestren que el gobierno está reduciendo los controles y contar menos fantasías sobre la situación de Cuba 54 años después de la revolución”, dijo Hare.
Al celebrar dos años del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, que aprobó las reformas económicas en abril de 2011, el diario oficial Granma dijo este martes que “las tareas que nos quedan por delante serán las más complejas, las de mayor importancia e impacto en la actualización del modelo económico cubano”.