Casi la mitad de los votantes venezolanos expresaron que no querían a Nicolás Maduro en la silla presidencial. Él ha heredado una economía disfuncional, una red de energía eléctrica en deterioro y una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Incluso ya ha surgido cierto descontento en el movimiento de Hugo Chávez, quien lo escogió para llevar a cabo la revolución socialista.
Maduro fue certificado oficialmente el lunes como el ganador de una disputada elección presidencial en medio de dudas sobre su capacidad para conducir después de haber desperdiciado una ventaja de dos dígitos en la carrera a pesar de una efusión de simpatía tras la muerte de Chávez.
Incluso antes de que Maduro se ocupe de los crecientes problemas de Venezuela, enfrenta un cuestionamiento a su victoria.
El líder opositor Henrique Capriles exigió un recuento de los votos del domingo, luego que las cifras oficiales mostraron que perdió por un margen estrecho.
Mientras el Consejo Nacional Electoral proclamaba vencedor a Maduro, muchas personas salieron a los balcones de los edificios de apartamentos de Caracas para golpear ollas y cacerolas en señal de protesta.
En varias partes de la ciudad, miles de estudiantes se enfrentaron brevemente con elementos de la Guardia Nacional, que les dispararon gases lacrimógenos y balas de plástico. AP