Nueve horas duró la tarde del jueves la reunión de directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela en la que se aceptó realizar la auditoría del 46% de las cajas de votación que no estaban entre las sometidas a revisión reglamentariamente el día de las elecciones presidenciales del 14 de abril.
Es lo que había pedido el candidato opositor Henrique Capriles. Aunque con matices.
Carlos Chirinos/ Enviado especial de BBC Mundo a Venezuela
“La solicitud presentada es culminar la auditoría de verificación ciudadana (…) No se hizo solicitud de reconteo de votos”, explicó el CNE en un comunicado. “Responsablemente y con una gran seriedad hemos revisado esta solicitud”, añadió.
Así, se trata de un procedimiento que “en ningún caso debe ser interpretado como escrutinio alguno”. Y, en consecuencia, no afecta ni altera la juramentación como presidente de Nicolás Maduro, prevista para la mañana de este viernes.
Con todo, en un país que ha vivido en una creciente crisis política desde que el domingo el oficialista Nicolás Maduro venció por un estrecho margen de 1,7% a Capriles, la reunión del CNE generó una gran expectativa por la capacidad que tenía de reducir o agudizar las tensiones.
Cerca de las 11:00 de la noche, ante el directorio en pleno, la presidenta del organismo electoral, Tibisay Lucena, anunció la decisión.
El lenguaje técnico usado por Lucena no parecía dejar en claro al principio si la decisión se ajustaba a la exigencia opositora de recontar el 100% de los votos, por lo que, tras el mensaje del CNE, los seguidores de Capriles tuvieron que esperar unos minutos más para conocer la reacción del líder opositor y reducir la incertidumbre.
Capriles acepta
“Quiero felicitar a nuestro pueblo. Esta fue una lucha de ustedes, una lucha porque este camino siga construyéndose”, empezó diciendo Capriles en un tono que no permitía dilucidar si su comando estaba satisfecho con la decisión.
Al cabo de unos minutos, Capriles afirmó: “El Comando Simón Bolívar acepta lo que el CNE, en cadena de radio y televisión, le ha anunciado al país”. Esta frase fue recibida con cohetes y aplausos en zonas de mayoría opositora de Caracas.
El líder opositor explicó que se abrirán 12.000 cajas con sufragios del domingo y dijo que en ellas “están los problemas que hemos denunciado y con eso perfectamente podemos demostrarle al país la verdad”.
Del comunicado del CNE se desprende que el organismo no espera encontrar discrepancias. Pero si las hallara, no está claro qué efecto tendría sobre la elección, proclamación y juramentación de Nicolás Maduro, que para entonces estarán más que consumadas.
“Recordamos que el voto y el escrutinio en Venezuela son automatizados, un nuevo escrutinio automatizado sólo se puede solicitar mediante la impugnación de la elección ante el Tribunal Supremo de Justicia”, señala el texto.
El comunicado además precisa que, de todas formas, toda impugnación sólo puede iniciarse una vez que se haya efectuado la proclamación del candidato electo.
Por lo pronto, la decisión del CNE y la aceptación de la oposición rebaja las tensiones que venían creciendo y que estaban en el centro de una brote de violencia supuestamente de origen político, que -según la Fiscalía- dejó ocho muertos.
Cuestión de definiciones
Por eso, apenas el CNE hizo su anuncio muchos venezolanos empezaron a expresar sus dudas en las redes sociales sobre el alcance de la auditoria, por el tiempo que tomará hacerla (30 días) y sobre todo por qué se hablaba del 46% y no ese 100% solicitado por la oposición.
Una primera explicación que le dieron a BBC Mundo fuentes de la oposición es que el conteo de las cajas no revisadas hasta ahora completa la totalidad de los votos, ya que 54% de esas mesas fueron ya auditadas por ley el día de la elección.
Esas mismas fuentes reconocieron que en las próximas horas se conocerán más detalles técnicos sobre el alcance del nuevo proceso de verificación.
Según dijo la rectora Lucena, el opositor Comando Simón Bolívar no solicitó un recuento de votos. Y aunque tampoco aclaró si se revisarán los cuadernos de votación, las máquinas y las actas, el líder opositor dijo confiado en su declaración posterior que todos esos materiales formarán parte del proceso.
¿Triunfo opositor?
La oposición no ha llegado a hablar de fraude, pero dice haber documentado más de 3.000 casos de irregularidades, que van desde inconsistencias entre número de votos y electores en ciertos centros, el llamado “voto asistido” –en el que testigos del gobierno supuestamente acompañaban a electores a sufragar detrás de los biombos– y la expulsión por la fuerza de testigos de la oposición al momento del cierre de mesas y conteo de los sufragios.
Pese a las indefiniciones que quedan por resolverse y que con seguridad implicarán nuevas negociaciones con el CNE, puede decirse que la oposición venezolana se anota un punto en su exigencia de analizar la limpieza del proceso electoral.
La decisión sirve por ahora como válvula de escape para las presiones que se venían acumulando desde el domingo.
La dinámica futura dependerá de las negociaciones que seguramente se darán entre gobierno, oposición y CNE para la realización práctica de las auditorías y, finalmente, del resultado que arrojen.
Si la oposición considera que en la revisión encontró pruebas de irregularidades en mesas suficientes que puedan afectar el resultado electoral, impugnaría el proceso y buscaría forzar una nueva elección. Y eso sería un tenso y largo proceso.
Auditoría en cifras
- 12.000 cajas de votación serán auditadas
- 30 días tardará el proceso
- 100 técnicos del CNE
- 100 técnicos de partidos políticos
- 3.000 irregularidades denunciadas por la oposición