Gabriela Montero improvisa el Himno Nacional de Venezuela, acompañada con las cacerolas que caracterizaron la protesta de la oposición venezolana para que cuenten los votos.
Montero ejecutó su primera interpretación en público a los cinco años de edad. A los ocho años, realizó su primer concierto debut con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida por José Antonio Abreu. Además de su extensa reputación como una de las pocas improvisadoras clásicas del mundo, es considerada una gran pianista dentro del repertorio clásico.