El régimen ha convertido la cadena nacional de radio y televisión en un método para martirizar. En el pasado era un recurso para informar materias de interés nacional, ahora es un instrumento para el morbo insaciable de los enfermos que nos gobiernan.
El Difunto hizo uso y abuso de ella como nadie, con singular sadismo. ToriPollo ha usurpado el poder para hacer lo mismo. Valga decir: insultar, avasallar, aplastar, humillar, deprimir, someter, turbar, intimidar, mentir, calumniar, aterrorizar, pisotear, destruir, etc., a quien no piensa como ellos.
A través de las cadenas montan el juego del gato y el ratón con indolencia desmedida. La idea es persuadirnos de la inevitabilidad y la eternidad de un régimen que en realidad hace aguas. En ellas el insulto soez se orienta a apesadumbrar a los venezolanos, hacernos sentir vulnerables e indefensos; combinan la burla con la amenaza para golpearnos psicológicamente y ponernos a temblar.
Las cadenas son utilizadas en la seducción demagógica. La falsa promesa va dirigida a inhibir al que necesita e intimidar al que no se somete al régimen. Son espacios en los que a ellos les está permitido cualquier cosa, sobre todo mentir con absoluto descaro, sin parar, hasta crispar los nervios de la gente ante tanta impunidad. Las utilizan con el objeto de aterrorizar aturdiendo y pisoteando al ciudadano hasta destruir su integridad personal. Fascismo puro y duro.
Pero tanta inmundicia, que al comienzo produjo una combinación de sorpresa con rechazo y luego indiferencia tiene sus días contados. La noche de este miércoles produjo repugnancia y una inmensa arrechera popular que desató un brutal cacerolazo, sobre todo en los sectores pobres de las ciudades, cuando #MujiquitaVillegas metió su cadena de terror para interrumpir la rueda de prensa de @hcapriles. Al #MandaderoEstrella todavía le retumban los oídos por las cacerolas que sepultaron ese atropello.