Un grupo de activistas de la organización ambientalista Greenpeace irrumpió este jueves en el Senado mexicano para exigir una reforma legislativa que prohíba la siembra de maíz transgénico en México.
Una ecologista logró evadir el control de la seguridad del órgano legislativo y descendió poco a poco amarrada de una cuerda desde un tercer piso dentro de la Sala de Plenos, tomando por sorpresa a quienes allí se encontraban.
La joven desplegó una manta que decía: “Maíz transgénico, traición a la Patria”, mientras otra compañera hizo lo mismo desde el piso con otra que rezaba: “La Patria es primero”.
En un comunicado, la agrupación ecológica explicó que la protesta tenía como objetivo denunciar a los senadores por eludir “su responsabilidad de impedir la siembra de maíz transgénico” en el país y poner en riesgo un grano básico para la alimentación de los mexicanos.
Greenpeace demandó a los senadores modificar la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados “para reinstalar la moratoria para siembras de maíz transgénico en México” tanto en programa piloto como a nivel comercial.
Además, solicitó la inspección de las importaciones de maíz genéticamente modificado de países que lo cultivan comercialmente y adoptar medidas para reducir las probabilidades de que en México se siembre el grano transgénico sin autorización.
Junto a otras ONG, Greenpeace solicitó en marzo pasado al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que rechazara las solicitudes de varias trasnacionales agroquímicas que buscan impulsar la siembra de maíz transgénico a nivel comercial.
Además, pidieron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que girara las medidas cautelares para que el Gobierno federal se abstenga de otorgar dichos permisos.
De acuerdo con los activistas, en septiembre de 2012 compañías como Monsanto, Pioneer y Dow AgroSciences solicitaron los permisos para cultivar este grano transgénico.
México es uno de los principales productores del mundo de maíz blanco con el que se elabora la tortilla -base de la alimentación de los mexicanos- y compra del exterior más de siete millones de toneladas anuales del amarillo, con usos pecuarios e industriales.
Con información de elnacional.com