Tras relegar a América Latina de las prioridades de su primer mandato, el presidente estadounidense, Barack Obama, visita esta semana México y América Central con una agenda de desarrollo, pero sin poder escapar a los álgidos temas del narcotráfico y la migración.
Tres meses después de iniciar su segundo mandato, Obama parte el jueves a México, donde se entrevistará con su homólogo Enrique Peña Nieto, y un día más tarde llegará a Costa Rica para participar en un encuentro de mandatarios centroamericanos y de República Dominicana, informó la Casa Blanca.
El presidente persigue “profundizar los nexos económicos y comerciales” con México y promover “un crecimiento económico y el desarrollo” en Centroamérica, adelantó el portavoz de Obama, Jay Carney.
La administración Obama, que ha promovido relaciones con la región de igual e igual, ha buscado “desnarcotizar” sus relaciones con los países agobiados por el narcotráfico, como México y los centroamericanos, desangrados por el crimen organizado.
Pero en su viaje difícilmente pueda esquivar el tema, cuando se han disparado los niveles de violencia en la región y se multiplican las voces que demandan alternativas a la guerra contra el narcotráfico, inclusive con mandatarios proponiendo la legalización de algunas drogas.
Esa posibilidad sigue recibiendo una negativa rotunda de Washington. La propuesta de legalización es una “distracción” a los esfuerzos regionales, subrayó la semana pasada el zar antidrogas estadounidense, Gil Kerlikowske.
Obama viaja en “un momento complicado”, porque el debate antidrogas en la región “ha cambiado mucho”, en un contexto en que “América Latina es menos dependiente de los Estados Unidos”, dijo a la AFP el experto de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), Geoff Thale.
Este tema ya copó los debates de la Cumbre de Américas del año pasado en Cartagena, Colombia, a la que asistió Obama, quien en su primer mandato realizó otra gira por América Latina, con visitas a Brasil, Chile y El Salvador.
El futuro de la cooperación antidrogas en la agenda
El futuro de la Iniciativa Mérida de lucha antidrogas, para la cual Estados Unidos ha destinado unos 1.900 millones de dólares a México, será uno de los puntos centrales de la discusión entre Obama y Peña Nieto.
En una señal de la dirección que podría tomar, ambos gobiernos firmaron hace pocos días una nueva etapa del plan, para destinar mayores recursos a la prevención y la justicia.
El golpe de timón es promovido por Peña Nieto, quien prometió al asumir la presidencia en diciembre pasado modificar la estrategia militar contra el narcotráfico de su predecesor Felipe Calderón, bajo cuyo sexenio se registraron más de 70.000 muertes, y enfocarse en bajar la violencia.
El ambicioso plan de reformas constitucionales que adelanta Peña Nieto ha provocado un clima propicio para los negocios, coinciden analistas, lo que podría ser aprovechado por estos dos países que comparten desde 1994 un tratado de libre comercio y tienen unas relaciones comerciales de 460.000 millones de dólares anuales.
El tema migratorio también será clave, toda vez que el Senado estadounidense avanza un proyecto de ley de reforma migratoria en medio del ambiente más propicio para concretarla en años, tras la debacle de los republicanos entre los hispanos en los comicios del año pasado.
La reforma incluye una vía para legalizar a los once millones de indocumentados en el país, dos tercios de ellos mexicanos y más de 1,5 millones centroamericanos.
En la cita en Costa Rica, a la que ya han confirmado su asistencia los líderes de la región, la lucha contra el crimen organizado previsiblemente dominará las conversaciones. Por América Central pasa el 90% de la cocaína que viaja a Estados Unidos, el principal consumidor del mundo.
La anfitriona, la presidenta Laura Chinchilla, adelantó que la región replanteará la lucha antidrogas a Obama, mientras otros mandatarios, como el salvadoreño Mauricio Funes, dijo recientemente en Washington que espera arrancar a Obama un mayor compromiso antidrogas.
Estados Unidos mantiene en la región la iniciativa antidrogas Carsi, para la cual ha dedicado unos 500 millones de dólares.
Pero en medio de limitaciones presupuestarias, a Washington le costaría mucho hacer anuncios de más ayuda.
AFP