La expulsión de la agencia estadounidense de ayuda internacional (USAID) de Bolivia llegó como una sorpresa puesto que ningún alto responsable del gobierno de Evo Morales mencionó problemas con sus proyectos, aseguró este jueves un alto responsable del organismo a la AFP.
“No esperábamos este desenlace, llegó como una sorpresa”, declaró Mark Lopes, viceadministrador adjunto para América Latina y el Caribe de la agencia, en entrevista telefónica.
En 2011 la USAID tenía un presupuesto de poco más de 26 millones de dólares para proyectos sanitarios, de educación y medioambientales en uno de los países más pobres de América Latina.
Nueve especialistas estadounidenses deberán presumiblemente salir del país tras el anuncio de la expulsión que dio el presidente Evo Morales el 1° de mayo, quien además advirtió que otras agencias dependientes de la embajada estadounidense podrían seguir igual camino.
La Administración antidrogas estadounidense (DEA) ya dejó de operar en Bolivia en 2008, y ambos países no tienen embajadores respectivamente a pesar de un acuerdo para normalizar las relaciones firmado en 2011.
La agencia había oído que circulaban quejas dentro del gobierno Morales, “pero siempre encontramos socios colaboradores en todos los niveles”, aseguró Lopes.
También, la USAID tuvo que dejar de trabajar en Rusia en octubre pasado, tras ser acusada de apoyar actividades de grupos opositores al régimen.
Lopes negó tajantemente que la USAID haya estado mezclada en actividades políticas, en un país en el que algunas comunidades indígenas, que protestaban por proyectos viales o que exigen más voz en el debate político, han protagonizado duros enfrentamientos con el gobierno.
“Esta idea de que no somos transparentes, de que no decimos a quién damos recursos, es simplemente falsa”, indicó.
“Nadie me planteó nunca ninguna de estas preocupaciones” aseguró Lopes, en referencia a presuntas conexiones de USAID con esos grupos en regiones como el Chapare.
La USAID ha desarrollado programas en Bolivia y en otros países del área andina de substitución de cultivos de coca, pero esos proyectos tampoco suscitaron quejas, aseguró Lopes.
“Siempre trabajamos con colaboradores bolivianos, de una forma muy abierta y transparente, y creo que eso es parte de la sorpresa”, indicó Lopes.
Un total de 37 bolivianos que trabajaban para la USAID deberán también suspender sus operaciones, según información del Departamento de Estado. AFP