El “estricto control” que aplica el Gobierno a la distribución de rubros de primera necesidad en el país, “impide” que se produzca acaparamiento dentro de las Empresas Polar, tal como lo han denunciado los sindicatos que hacen vida en esa organización privada.
Así lo aseguró ayer Lorenzo Marcano, quien es gerente del Centro de Distribución de Alimentos de Barcelona, desde donde se expende a supermercados y abastos productos como harina de maíz, aceite y margarina.
El vocero condenó las acusaciones hechas por miembros de agrupaciones laborales del consorcio privado y argumentó que estos pertenecen a las áreas de cervecería y heladería.
“Ellos no saben cómo se trabaja dentro de esta gerencia, así que no tienen pruebas de que haya acaparamiento y mucho menos especulación”.
Marcano explicó que “cada kilo de cualquier producto” que sale de ese almacén se registra en el Sistema Integrado de Control Alimentario (Sica), que maneja el Gobierno desde la página web de la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (Sada), la cual aprueba o rechaza los envíos reportados en línea al Estado venezolano.
Recalcó que en la guía personalizada para supermercado se especifica qué artículo será distribuido, la cantidad, el destino y hasta el nombre del chofer y la placa del vehículo de traslado.
“De 259 pedidos que emitimos a diario, sólo nos rechazan un 0,36% (una). Es decir, que saben cuál es nuestro inventario y hacia dónde va”.
Recordó que ese control se implementa desde 2008, cuando lo ordenó el Ejecutivo nacional.
Inspecciones
El gerente nacional de Atención al Cliente de Alimentos Polar, Harold Luque, indicó que el almacén de Barcelona recibe dos visitas semanales, “principalmente” del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios (Indepabis) para fiscalizar la operatividad.
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