La surcoreana Hang Mioku optó por inyectarse aceite de cocina y silicona cuando los médicos suspendieron sus tratamientos de bótox al percatarse de su adicción. Así lo reseña el portal chileno 24 horas.
Fue un experimento que dejó consecuencias irreversibles y totalmente lejanas a lo que se pretendía llegar.
Hang Mioku, una ex modelo surcoreana de 48 años, quedó desfigurada y sin posibilidades de revertir los daños causados por su obsesión con tener una piel más lisa, clara y pómulos más marcados al inyectarse silicona y aceite de cocina en el rostro.
Este desesperado intento por aumentar su belleza ocurrió luego que los médicos se percataran que sufría una adicción a las cirugías plásticas y tratamientos de belleza y se negaran a continuar con inyecciones de bótox.