La industria panadera alerta que está en una situación preocupante como consecuencia de la unión de una serie de factores; esta coyuntura está afectando el abastecimiento a nivel de consumidor.
“Estamos en una situación crítica”, alertó el presidente de la Federación Venezolana de Industrias Panificadoras (Fevipan), Tomás Ramos, quien explicó que los conflictos laborales que se desarrollaron a final del año pasado en varias plantas molineras, afectaron seriamente la productividad de las panaderías.
Indicó que esto sigue afectándolos, pues ante la escasez de harina, las panaderías se vieron obligadas a consumir sus inventarios de seguridad. “En el último trimestre de 2012 se procesaron 135.000 sacos menos que en el mismo período de 2011; en el primer trimestre de este año fueron 50.000 sacos menos”, dijo Ramos.
Añadió que a esta situación se une el rezago en el precio regulado del pan salado y los problemas de acceso y costos de la materia prima e insumos. “Con la devaluación el saco de harina industrial pasó de Bs. 260 a Bs. 380”. Pero el pan tiene más de dos años regulado a Bs. 5,52 el kilo. Los panaderos insisten en que durante ese período los costos operativos se han incrementado en más de 300%.
La industria panadera -además- tiene serios problemas con el abastecimiento de grasas y de otros insumos. Por ello, Fevipan solicita se agilicen las liquidaciones de divisas para la adquisición de equipos e insumos, con el fin de que se normalice la actividad.
Ramos confía en que serán escuchados por las nuevas autoridades del Ministerio de Alimentación; “esperamos establecer el diálogo y el trabajo conjunto para poder salir adelante a esta coyuntura”.
Venta racionada
La mayoría de las panaderías capitalinas venden racionado el pan canilla. “No hay suficiente harina; preparamos pan tres veces al día y vendemos 2 ó 3 unidades por persona. Para administrar mejor la harina dejamos de hacer pan de hamburguesas y perros calientes”, dijo el dueño de un local de la avenida Lecuna.
Con información de elmundo.com.ve