El gobernador de la provincia filipina de Albay, Joey Salceda, anunció hoy que van a prohibir la subida hasta el cráter del Mayón, después de que cuatro turistas y su guía local falleciesen el martes pasado a causa de una explosión freática.
“Vamos a prohibir a perpetuidad la escalada al cráter. Pasaremos una ordenanza que penalizará con un año de cárcel a los infractores”, adelantó Salceda por la cadena de televisión ABS-CBN.
El político dijo que la normativa será aplicada con rigor y no solo a aquellas personas halladas cerca de la cumbre, sino también a quienes coloquen en Facebook sus fotos en la cima de 2.421 metros de altura.
El anuncio supone un cambio sobre anteriores declaraciones de Salceda, en las que mantenía que no se podía impedir que los turistas escalaran el Mayón si no había peligro de una erupción inminente.
Una española residente en Alemania, tres montañeros alemanes y su guía filipino fallecieron el martes pasado en la zona del cráter como consecuencia de una explosión freática que arrojó una nube de ceniza y rocas que se alzó unos 500 metros.
El director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs), Renato Solidum, recordó hoy que el Mayón está en activo y, aunque no existe el peligro actual de erupción, hay que respetar una zona de seguridad de al menos seis kilómetros de radio en torno a la cima.
Solidum añadió que esa medida de precaución se tendría que aplicar a los demás volcanes activos del país, como el Pinatubo, Sorsogon, Kanlaon y Camiguin.
Las autoridades de Legazpi, la capital de Albay, esperaban poder recibir durante esta jornada los cadáveres de los cuatro turistas, a quienes han tenido que bajar a pie porque el mal tiempo ha impedido el uso de helicópteros.
El Mayón, ubicado en la isla de Luzón y a unos 360 kilómetros al sureste de Manila, es uno de los más visitados por los turistas atraídos por la belleza del paraje y la perfecta forma cónica del volcán.
La peor de las 45 erupciones conocidas de este volcán sucedió en 1814, cuando mató a unas 1.200 personas y enterró la ciudad de Cagsawa, bautizada desde entonces como “la Pompeya filipina”. EFE