16 días tan sólo duró la directiva que nombró el 70% de los directivos de la Liga Profesional de Baloncesto. Ayer sorpresivamente, mediante un boletín de prensa en horas de la tarde, se informó que los propietarios de los 10 equipos decidieron reestructurar a la institución.
“Simplemente había que llenar unos requisitos internos de la liga, por ello se llevó esta elección”, expresó por teléfono Jorge Hernández, quien fue elegido como el nuevo presidente de la LPB. “Tenía que haber una cara ante los patrocinantes”, indicó el dueño de Guaros de Lara.
El pasado 23 de marzo se había nombrado una junta directiva encabezada por Freddy Díaz (Gigantes) y Hernández como vicepresidente; la liga estaba en deuda desde el 24 de marzo, cuando fallece su mandatario, Rufo John.
Sin embargo, Bob Abreu (Panteras), Germán Romero (Trotamundos) y Tulio Capriles (Toros) no estuvieron presente en aquella oportunidad, e incluso manifestaron públicamente que desconocían a tal ente. Díaz insistía que eran un “club de amigos” y que estaban cumpliendo con los estatutos, ya que se trataba de una segunda convocatoria y no era necesaria del 100% de los miembros.
16 días cambió el panorama. “Eran dos puntos de vista, ahora todo se aclaró y todos estamos conformes, con votación unánime”, expresó ayer Díaz, que volverá asumir funciones como gerente general.
Hernández, quien en pasadas elecciones se negó a asumir la presidencia por considerar que no contaba con la experiencia necesaria, dijo con firmeza que: “no es un retroceso para nada, bueno cada quien ve las cosas desde su óptica. Estamos dando una continuidad. Estamos en sana paz y se aclaró cualquier tipo de impasse”.
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