“Antes era más fácil trabajar por la comunidad, pero ahora es mucho más necesario”. Mirta Fonseca, líder comunitaria wayúu, se declara luchadora, literalmente, hasta el cansancio por las comunidades. En los últimos 25 años fundó 53 barrios en las parroquias Idelfonso Vázquez, Venancio Pulgar y Antonio Borjas Romero, ubicadas en el oeste de Maracaibo y donde predomina población indígena. De las 53, la mayoría tiene más de cinco años de fundadas y sólo poseen la nomenclatura y el servicio eléctrico, en algunos casos por culminar.
“Soy Wayúu venezolana y siempre he trabajado por la comunidad. Sin colores, sin promesas y sin mentiras ayudamos a la gente a tener un terreno donde construir aunque sea un rancho para sus hijos. Trabajamos por paisanos y alijunas por igual. Desde hace cinco años dejé de trabajar porque estoy enferma y cansada, pero ahora es cuando es necesario el trabajo comunitario. Estamos ayudando a muchachos jóvenes que se están levantando para continuar lo que hicimos porque eso es lo que necesita Maracaibo”.
Fonseca, explicó que una de las muchachas que está ayudando es líder en el barrio Catatumbo II y se llama María Fernández. “Seguro ella no sabe que antes al barrio lo llamaban Los Cachos y nosotros cuando pedimos la nomenclatura le pusimos Catatumbo II. Pero es el momento de que la juventud empiece a trabajar por sus familias, por sus hijos, por Maracaibo, por el país”.
María Fernández, aseguró que las 300 familias que habitan en el barrio, han vivido más de 20 años sin gas, sin cloacas y pegados de una tubería de agua de manera ilegal, pero lo que no han podido superar es la recolección de la basura. “El peor de los problemas que tenemos aquí es la basura. El aseo nunca pasa y nosotros tenemos que pagar volteos, que es lo único que se quiere meter para el barrio, para que recoja la basura. Uno se cansa de vivir así. Y ahora estamos peor con esto de que la comida no se encuentra, o que si se encuentra entonces sale carísima. No sabemos a donde va a parar todo esto”.
Ana González, artesana de 51 años, aseguró que gobernantes van y vienen y los barrios siguen iguales. “Venezuela es un país rico y están dejando morir a los venezolanos de hambre. Porque aquel que no pueda pasar ocho, 10, 12 y hasta 18 horas en un mercal o en un supermercado para comprar comida, tiene que ser rico para comprarla cinco veces más cara en la curva, en El Mamón o en Bomba Caribe. ?Y que alguien me diga si esto no es estarse muriendo de hambre?”.
Juan Pablo Guanipa, concejal de Maracaibo, aseguró que por la constancia, el trabajo y el esfuerzo de muchos héroes anónimos que viven en las comunidades, es que cada vez hay más familias apostando a una mejor vida en sus diferentes barrios.
“Estas y otras historias de lucha comunitaria son los mejores incentivos para seguir nuestro trabajo. En las comunidades se encuentran mil razones para luchar por Venezuela, basta con persistir hasta lograr los objetivos. La iniciativa comunitaria es importantísima y el trabajo engranado de la municipalidad, la gobernación y el Gobierno nacional, es lo que dará a todos lo que esperamos, bien sea la consolidación del barrio, la activación de un mercal o la construcción de una plaza, cancha o CDI. Ese es el trabajo”.