Nada ha cambiado para las comunidades indígenas Sanema y Ye’kuana, ubicadas en el alto Caura, municipio Sucre del estado Bolívar, quienes hace tres meses elevaron sus voces al Gobierno nacional para reiterar sus peticiones de soluciones a la problemática minera que las azota, y que con los meses se ha intensificado poniendo en riesgo su cultura y costumbres. correodelcaroni.com / Carolina Maffia
“El problema persiste, a pesar que se ha hecho un trabajo para erradicar la minería”, señala Magdaleno Cortez, coordinador de la Organización Indígena Kuyujani, que agrupan 49 comunidades con más de cuatro mil habitantes, que desde tiempos ancestrales ocupan el Caura.
La actividad minera en esa zona protegida por varios decretos nacionales, por ser una de las únicas reservas naturales que quedan vírgenes, se “ha duplicado”. Cortez comentó cómo en menos de tres meses la presencia de mineros extranjeros (brasileños, guyaneses y colombianos) se ha incrementado entre 200 a 400 “invasores”. “Siquiera el criollo o los mismos indígenas”.
“Están amenazados los alimentos del pueblo Ye`kuana y Sanema”, advirtió preocupado este vocero de los pueblos y comunidades indígenas del Caura, al referirse a la contaminación mercurial que pudiera existir en los ríos Yuruani y Caura, así como el Erabato y otros, de donde extraen la pesca. Dijo que para 2010-2011, estudios practicados a las aguas arrojaron ciertos niveles de contaminación de mercurio. “Nosotros prácticamente vivimos de la pesca”, dijo.
Para leer la nota completa pulse Aquí