El disidente cubano Guillermo Fariñas, conocido internacionalmente como protagonista de prolongadas huelgas de hambre por la causa de los presos políticos, viajó hoy rumbo a Estados Unidos y Europa, para una visita que se extenderá por un mes, informó él mismo a Efe desde el aeropuerto de La Habana. EFE
“Voy en viaje de trabajo invitado por organizaciones del exilio y personas individuales”, indicó vía telefónica el psicólogo y periodista independiente de 50 años.
Fariñas, viaja acompañado de su madre, Alicia Hernández, y explicó que hasta la primera quincena de junio tiene previsto visitar las ciudades de Miami, Nueva Jersey, Washington, y San Juan de Puerto Rico.
Después se desplazará a España y luego a Bruselas (Bélgica) donde recogerá el premio Sajárov a los derechos humanos que le otorgó el Parlamento Europeo en 2010 y que aún no le ha podido ser entregado porque anteriormente las autoridades cubanas le habían negado el permiso de salida del país.
Su salida de la isla se produce ahora en virtud de la reforma migratoria puesta en vigor por el Gobierno de Raúl Castro el 14 de enero de este año y con la que se han flexibilizado los viajes de los cubanos al exterior tras décadas de restricciones y engorrosos trámites.
“Es un derecho y no lo veo como un gesto del Gobierno el hecho de que pueda salir del país”, señaló el opositor.
En este momento se encuentran fuera de Cuba otros conocidos disidentes como Berta Soler, portavoz de las “Damas de Blanco”, la bloguera Yoani Sánchez y el líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez, que están de gira por Europa y Estados Unidos.
Fariñas, quien encabeza el grupo opositor ilegal “Frente Antitotalitario Unido” en la provincia central de Villa Clara, donde reside, precisó que su periplo tiene el propósito de estrechar relaciones “con todos los cubanos” y “debatir sobre una democratización de Cuba”.
Este opositor ha protagonizado una veintena de huelgas de hambre, la última de ellas la mantuvo por más de cuatro meses en 2010, tras la muerte del preso Orlando Zapata Tamayo, para exigir la liberación de los prisioneros políticos más enfermos.
Ese ayuno lo abandonó después de que el Gobierno cubano anunciara su compromiso de liberar a 52 disidentes del Grupo de los 75, condenados en 2003, fruto de un inédito diálogo abierto en mayo de 2010 con la jerarquía de la Iglesia católica de la isla.