El papa Francisco dijo hoy que en nuestros días, “marcados por el relativismo, en los que parece que no hay nada definitivo”, es necesario que los hombres se pregunten qué es la verdad, “que es -afirmó, Cristo”, y que recen a diario al Espíritu Santo, “para que nos guíe a conocer a Jesús”.
El Pontífice también subrayó que los cristianos no son tales a tiempo determinado, “según las circunstancias”, sino que el cristiano lo es “a tiempo completo, en todos los momentos de su vida”.
Francisco hizo estas manifestaciones ante unas 100.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al Espíritu Santo, teniendo en cuenta que el próximo domingo la Iglesia Católica celebra Pentecostés.
El papa subrayó que el Espíritu Santo guía a la Iglesia y a los fieles hacia la verdad plena.
“Vivimos una época de escepticismo respecto a la verdad. El papa Benedicto XVI se refirió en numerosas ocasiones al relativismo, la tendencia a creer que nada es definitivo y que la verdad viene dada por el consenso y por lo que creemos y por ello en esta época marca por el relativismo es necesario preguntarnos como Pilato: ¿Que es la Verdad?”, afirmó.
El Obispo de Roma añadió que la verdad, con mayúscula, no es una idea que nosotros nos hacemos o que consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la verdad, que se ha hecho carne y el Espíritu Santo hace posible que le reconozcamos y lo confesemos como Señor”.
El Espíritu Santo -prosiguió- “nos recuerda las palabras de Jesús y las imprime en nuestros corazones.
“Invoquemos al Espíritu Santo todos los días, para que nos guíe a conocer a Jesús. Hagamos la propuesta de invocarlo todos los días. ¿Lo haréis?”, preguntó el papa a los fieles.
En su línea, añadió: “No os oigo”, ¿lo haréis?”, a lo que los fieles presentes gritaron “sí” y comenzaron a aplaudir.
Antes de esa petición, siempre hablando del Espíritu Santo preguntó a los fieles cuantos de ellos le rezaban todos los días. Bromeando, dijo, “seguramente serán pocos, pocos”.
“El Espíritu Santo -añadió- es la ley inscrita en nuestro interior, donde tomamos las decisiones. El Espíritu Santo, además, nos lleva a la inteligencia de la Verdad completa. Él es quien suscita el sentido de la fe en los creyentes creando una comunión cada vez más profunda con Cristo”.
El papa Bergoglio invocó la asistencia del Espíritu Santo en este Año de la Fe abierto el pasado mes de octubre por Benedicto XVI para que guíe a los cristianos y los apoye en el camino hacia Dios.
A la audiencia asistieron cientos de fieles de España, México, Honduras, Paraguay, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos, a los que invitó a implorar a la Virgen María “que nos haga dóciles a la acción del Espíritu Santo para que como ella, con disponibilidad total, digamos ‘sí’ a los designios de Dios en nuestra vida”.
Antes de comenzar la audiencia, como ya es habitual, el pontífice recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y ondear de banderas, de las decenas de miles de fieles presentes.
Como ya es habitual, en un ambiente de cordialidad y alegría, el papa Francisco besó a niños y enfermos y estrechó manos.
Un fiel le entregó dos palomas que llevaba en una jaula para que las liberara y el papa las tomó y las dejó libres. EFE