“Eran los 15 de una amiga. Nos fuimos para una finca y estábamos tomando (licor). Cuando pusieron la música todos nos pusimos a bailar. Éramos unas 10 personas y alguien propuso jugar ‘Carrusel’ o ‘Ruleta’”, contó una menor, de 14 años.
Se trata de una ronda donde los muchachos bailan. Los hombres penetran a las niñas rápidamente, pero cuando alguno eyacula, pierde y sale del juego.
“La idea era demostrar quién era el que más aguantaba, pero no pensé que pudiera quedar embarazada, porque no era mucho tiempo, solo un juego”, dice preocupada la niña, quien hoy se enfrenta al desafío de ser madre y con la angustia de no saber siquiera quién es el papá de su bebé.
A sus padres, esta situación los tiene destrozados. “No pensamos que nos pudiera pasar eso. Ella en los últimos meses había estado rebelde, pero creímos haberla educado bien. Ahora todos estamos en terapia psicológica”, cuenta la madre de la menor.
Aumentan embarazos y enfermedades
Su caso es escandaloso y no es el único. Luz Marina Peláez Vanegas, encargada del proyecto de ‘Salud Sexual Reproductiva’ de la Secretaría de Salud de Medellín, expresó que “este tipo de juegos los vienen escuchando hace un año a través de los relatos de chicas en embarazo. Tienen sus variaciones, pero en esencia son relaciones sexuales grupales, que son en su mayoría indiscriminadas y sin la debida protección. Se dan principalmente en fiestas, fincas o lugares donde no hay control de los adultos”.
Según los indicadores de la Secretaría de Salud en Medellín, 6.967 mujeres entre los 10 y los 19 años, quedaron en embarazo el año pasado. Mientras que en el 2011 fueron 6.880 mujeres en el mismo rango de edad. Sin contar que estudios de la Gobernación de Antioquia revelan que el 82,5 por ciento de los embarazos adolescentes acaban en un aborto clandestino.
Lo más preocupante es el aumento de enfermedades de transmisión sexual. Según indicadores mostrados en el Concejo de Medellín en el último debate de la niñez, el porcentaje de adolescentes gestantes con sífilis que han sido diagnosticadas y tratadas antes de la semana 17, es del 40,9 en el 2012 y de 42,3 en 2011. Además, el año pasado, se detectaron tres casos de sida en mujeres adolescentes gestantes.
“A través del programa Jóvenes por la vida y las Unidades Móviles de Salud buscamos impactar a este grupo poblacional y mostrar la importancia de protegerse física y psicológicamente en todos los aspectos y por supuesto evitar que sigan ocurriendo este tipo de prácticas”, explica la doctora Peláez Vanegas.
Para la adolescente de 14 años fue una ‘locura’ momentánea, que le pareció normal porque todas sus amigas lo hacían. Según Lina Marcela Orozco, trabajadora social de la Universidad de Antioquia, “los chicos están permanentemente bombardeados por medios de comunicación y la sociedad de consumo, estos actores les estimulan a tener una vivencia sexual sin límites”.
Solo para los adultos es extraño
José Ferney Torres, trabajador social, explica que este fenómeno, se puede explicar con el concepto de “moratoria vital, es decir, lo primero que hay que entender es que esta situación es extraordinaria para los adultos, pero normal para ellos”.
Agrega que en esa etapa, “los jóvenes están cargados de vitalidad y no conciben la muerte como una posibilidad, de ahí que se arriesguen a todo sin pensar en las consecuencias. Accediendo incluso a los protocolos de aceptación de ciertos grupos sociales, pero hay que aclarar que el freno de estas situaciones lo pone el carácter y la personalidad de cada uno, que normalmente se construye en la familia”, concluye Torres.
Para él y otros expertos se debe reforzar los principios éticos y morales desde la casa, para que los adolescentes no sean ‘presa’ de estas malas prácticas. /Elmundo.es