POLÍTICAS EQUIVOCADAS
Pareciera una experiencia superada, pero actualmente nuestro gobierno con políticas monetarias y fiscales equivocadas, ha empobrecido a su población con prácticas populistas y gastos excesivos que se traducen en altos niveles de inflación. De nada sirve otorgar subsidios en programas asistencialistas, si el dinero que reciben las familias no vale nada o vale muy poco por una alta inflación provocada por el propio gobierno quien en nombre de los pobres, los empobrece aún, más emitiendo una masa de dinero sin suficiente respaldo. En 1999 la liquidez monetaria ampliada consistente en monedas y billetes, depósitos a la vista, cuentas de ahorro y cuasi dinero, se elevaba a la cifra de 15 billones de bolívares o 15 millardos de bolívares fuertes de hoy. Para abril de 2012 esa misma liquidez ampliada ascendía a 470 millardos de bolívares fuertes, lo que equivalía en ese momento a un incremento de aproximadamente 3000%. Esos bolívares tenían como respaldo, en esa fecha unos 26 mil millones de dólares de reservas internacionales. Un año después, es decir, en abril de 2013, la liquidez monetaria venezolana aumentó a 760 millardos de bolívares, lo que equivale a un 70% más, manteniendo como respaldo los mismos 26 mil millones de dólares en reservas internacionales. En este momento, teniendo en cuenta la relación entre reservas monetarias y la cantidad de liquidez ampliada existente en el país, sólo un 21% de los bolívares que están en circulación en nuestra economía pueden estar respaldados a una paridad cambiaria de 6,30 bolívares por dólar. Para respaldar la inmensa cantidad de los bolívares actualmente en poder de la gente, las reservas internacionales de Venezuela deberían ser de cerca de 130 mil millones de dólares. La liquidez ampliada venezolana representa 5 veces el monto de las reservas en posesión hoy del BCV. De allí la enorme presión para la compra de dólares (lo cual encarece el precio del llamado dólar paralelo) y la tremenda pérdida de la capacidad real de compra de nuestro signo monetario.
Esto nos lleva a un impresionante aumento de 5000% en la emisión de dinero por parte de las autoridades monetarias venezolanas durante los últimos 14 años, al tiempo que el gasto consolidado del Estado representa en la actualidad el 51% del PIB. Otro dato importante a considerar es que durante ese mismo período (1999-2012) nuestro Producto Interno Bruto, creció en apenas un 37% de forma nominal y en un 12% de forma real o neta (resultado de dividir el crecimiento nominal entre el crecimiento de la población). Esto equivale a un imperceptible aumento de nuestra capacidad productiva de aproximadamente 0,9% por año. En otras palabras, durante casi una década y media se creó una enorme montaña de dinero que fue persiguiendo a un muy modesto crecimiento de la producción interna de los bienes y servicios que se pueden comprar con ese dinero. Las consecuencias son obvias: una impresionante depreciación de nuestro signo monetario, el bolívar “fuerte”, y un incremento exorbitante de las importaciones, las cuales ya han llegado a 60 mil millones de dólares en 2012 (más de 8 mil millones de dólares en alimentos) debido a que los bolívares en poder del público eran demasiados para la capacidad de nuestro golpeado aparato productivo nacional.
PERSISTENTE INFLACIÓN
En promedio, desde hace más de 20 años la inflación venezolana ha estado en promedio en el orden del 30%. El fenómeno ha sido persistente En el año 2005, por ejemplo, el Índice de Precios al Consumidor cerró en 14,4%, menor al 19% del 2004. Pero para el año 2006 la inflación volvió a escalar y se situó en un 17%, en 2007 llegó a 22,5%, en 2008 ascendió a 30,9%, para el 2009 experimentó una desaceleración colocándose en 25,1%. En 2010 volvió a repuntar al situarse en 27,2%. Para 2011 la inflación cerró en 27,7%, según datos aportados por el BCV, lo cual anuló en la, práctica el aumento presidencial del salario mínimo que fue de 26,5% durante aquel año. En 2012 el ritmo de crecimiento del costo de la vida disminuyó y la inflación acumulada cerró en 20,1% gracias a que los precios estuvieron represados por el dique legislativo de la Ley de Costos y Precios Justos. Como vemos, el gobierno ha podido contener circunstancialmente la inflación para muy rápidamente volver a subir.
Esta inmensa presión contenida en algún momento iba a socavar los muros que la detenían, ya que las leyes de la física y de la economía son más poderosas que las leyes emanadas desde el gobierno. Las consecuencias de tales políticas de controles de precios están a la vista: sin duda una sensible disminución de la oferta de bienes. El BCV indica que la escasez en el mes de abril se situó en 21%. A esto se suma ahora un recrudecimiento de la inflación durante este año 2013, tal y como ocurrió en el pasado. Para el mes de abril, los precios aumentaron en 4,3% y en alimentos fue de más de 6,4%.
LA MÁS CARA
Específicamente, en Maracay, el costo de los alimentos es el tercero más elevado del país y es la segunda ciudad de Venezuela (de las 10 que se evalúan) que ha visto encarecer más acentuadamente durante el último año el precio de la cesta alimentaria. En la capital aragüeña, según el INE, para el pasado mes de marzo, el precio de la Canasta Alimentaria Normativa era de 2397 bolívares, mientas que su costo promedio a nivel nacional para el mencionado mes fue de 2266 bolívares. Sólo en Maracaibo y en Caracas la comida es más cara que en Maracay. Esta cifra ya debe haber aumentado a la luz de los resultados de la inflación del mes de abril, ya que la capital del estado Aragua, según cifras del BCV y el INE, es la localidad con el mayor índice de inflación acumulada durante este año 2013, al alcanzar 14,8% frente al 12,5% que es el promedio nacional durante estos primeros 4 meses. En otras palabras, Maracay es la localidad de Venezuela que más se ha encarecido durante este año. Los bolívares que se imprimen en La casa de la Moneda maracayera valen menos y compran menos en esa ciudad que en cualquier otra parte del país.
La inflación acumulada este año ya alcanza el 12,5%. En alimentos asciende a más de 16% La anualizada, es decir, abril 2012-abril 2013, ya va para 29,4%, lo que presagia un aumento en el costo de la vida que pudiera alcanzar casi el 40% para diciembre de este año. En comida los precios pueden escalar casi al 50% para el cierre del año, lo cual pulverizaría el anunciado aumento del salario mínimo.
Pedro Elías Hernández