El lugar, día y hora del sepelio del exdictador argentino Jorge Videla, muerto el viernes a los 87 años en un calabozo condenado por crímenes de lesa humanidad, se mantenía en secreto este domingo a raíz del silencio de las fuentes.
“No tenemos ninguna información”, dijo a la AFP una fuente del Poder Judicial que pidió reserva de identidad y tampoco dieron detalle alguno familiares y allegados.
Por Daniel MEROLLA/ Afp
La prensa local sostuvo que el hermetismo es el producto de un acuerdo de intimidad concertado con la Justicia por la familia del militar, quien purgaba dos condenas a cárcel perpetua y otra a 50 años por terrorismo de Estado.
El cuerpo había sido trasladado a la Morgue Judicial para la autopsia, sin que se hayan informado oficialmente los resultados ni tampoco si continúa depositado en esa sede.
Videla fue hallado sin vida el viernes a las 08h25 locales (11h25 GMT) “sentado en el inodoro de su celda” en la prisión de Marcos Paz, a 50 Km al oeste de Buenos Aires, según un comunicado del Servicio Penitenciario Nacional al que tuvo acceso la AFP.
El general, destituido en el Juicio a los Comandantes en 1985 que le dictó la primera cadena perpetua, fue el líder del golpe de Estado que derrocó a la presidenta Isabel Perón (1974-1976).
Durante la dictadura decenas de miles de personas fueron desaparecidas, asesinadas y exiliadas, se implantó la censura en radio y TV, se derogó la libertad de prensa, se prohibieron los partidos políticos, se disolvió el Parlamento y se ordenó la quema de millones de libros considerados “subversivos”.
Entre esos libros figuraron “El principito”, del francés Antoine de Saint Exupery, las novelas del colombiano Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y los poemas del chileno Premio Nobel Pablo Neruda.
Los restos no recibirán ningún tipo de honores militares en su funeral debido a que rige desde 2009 una disposición del Ministerio de Defensa que los prohíbe en los casos de militares condenados por violaciones a los derechos humanos.
La prensa local especuló el domingo que la inhumación podría realizarse en la ciudad de Mercedes, donde nació el exdictador, a unos 110 km al oeste de la capital.
Videla había sido indultado en 1990 por el expresidente Carlos Menem (1989-1999), pero la reapertura de los juicios lo llevó de nuevo al banquillo, donde una de las condenas la recibió por el robo de bebés.
Unos 500 hijos de prisioneros políticos desaparecidos fueron apropiados y se les modificó la identidad, pero la organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo ha logrado restituir la identidad a 108 de aquellos niños.
El exdictador justificó el Golpe en que debía combatir “a la subversión” de las guerrillas izquierdistas, pero el régimen reprimió, encarceló e hizo desaparecer a sindicalistas, políticos, estudiantes, intelectuales y artistas, entre otras víctimas, según se probó en los juicios.
Entre las víctimas también se contabilizan decenas de religiosos y dos obispos que fueron asesinados.
“Pongamos que eran 7 mil u 8 mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión; no podíamos fusilarlas. Tampoco podíamos llevarlas ante la Justicia”, dijo Videla en una entrevista en su celda al periodista Ceferino Reato, según el revelador libro “Disposición Final”.
En su última aparición pública el 14 de mayo, en otro juicio que se le seguía por el Plan Cóndor de coordinación represiva latinoamericana, volvió a negar legitimidad a la justicia civil.
“Las manifestaciones públicas que hizo (en entrevistas) se van a utilizar en el juicio (que continuará con otros militares acusados)”, declaró el fiscal del caso, Pablo Ouviña.
El exgeneral, un integrista católico que gobernó con la cruz y la espada, carecía actualmente de apoyo salvo minúsculos grupos de exmilitares o su familia.
Videla ejerció el poder en los peores años de la represión, que fue ilegal y ejercida en centros clandestinos, hasta 1981 cuando fue reemplazado por el jefe del ejército Roberto Viola.
La dictadura se extendió hasta diciembre de 1983 cuando tuvo que llamar a elecciones después de ser derrotado el exdictador Leopoldo Galtieri en la guerra contra Gran Bretaña por las islas Malvinas, en 1982.