Siempre se ha dicho que en Venezuela los negocios más rentables son las licorerías, los moteles y las funerarias; sin embargo, la baja productividad que presenta el parque industrial de Ciudad Guayana incide de forma negativa en la industria del sepelio. correodelcaroni.com / Germán Dam V.
95 por ciento de los ataúdes empleados en servicios funerarios son elaborados con láminas galvanizadas lisas calibre 24 fabricadas por la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), empresa que en los primeros cuatro meses de 2013 apenas ha producido 20 por ciento de lo planteado para 2013.
La escasez de la materia prima ha incidido en los precios del producto final. “Un camión con 21 ataúdes variados, en diciembre, costaba 31 mil bolívares… ahorita sale el doble”, dice Frank Conquista, de la Asociación Cooperativa de Servicios Funerarios Jehová es mi paz.
Denuncia además que no existe un control por parte del Estado para regular los precios en la venta de urnas. “Hoy en día cuestan 3 mil, 3.500 y hasta 4 mil bolívares… eso sin meter el servicio que prestamos, que varía de precio según la posibilidad y necesidad del cliente”.
No aumentan los servicios
El empresario de la industria funeraria resalta que pese a los incrementos de precios, ellos no han aumentado el costo de los servicios que prestan a la colectividad. “Por humanidad no podemos subir los costos (…) y eso hace que la empresa no sea sustentable”.
Comenta que los costos varían según el modelo de urna y la asistencia que amerite el usuario. El servicio consta de: ataúd, preparación del cadáver, velación (en capilla o en domicilio) y traslado hasta el camposanto. La fosa debe ser comprada aparte por la familia del difunto.
“El servicio más económico es el de los niños y sale en 2.500 bolívares. El de ataúd de latouche es el más económico para adultos y cuesta 4.500. Después los precios siguen entre 5.500 y 6.500 según la urna. Un servicio con ataúd de madera sale 10.500”, explica.
Añade que estos precios son cuando la velación se realiza en la casa del fallecido y que cuando es en la capilla de la funeraria aumenta su precio en 1.500 bolívares. “Pero no se trabaja todos los días y hay gastos administrativos que cubrir”, aclara el cooperativista funerario.
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