Venezuela vive una aguda crisis que se expresa en el campo de la economía, en el terreno social y en la esfera política. Nadie duda, dentro y fuera del país, que las cosas en Venezuela andan muy mal. Desde las elecciones presidenciales del 14 de abril, de las que resultó proclamado presidente Nicolás Maduro, el paisaje político fue severamente quebrantado. Es sólida la sensación general de que las elecciones no fueron limpias. El CNE, cuestionado por su parcialidad a favor del gobierno antes y durante los comicios, perdió la poca seriedad que le quedaba ante la opinión pública cuando negó la auditoría del proceso electoral que el mismo Nicolás Maduro aceptó que se hiciera. Por otra parte, varios miembros del CNE tienen sus periodos vencidos.
Maduro comenzó con muy mal pie su presidencia. Su popularidad desciende en la misma medida que sube el costo de la vida y se agudizan, sin aparente solución, los problemas de la gente. En pocos días su gobierno se ha hecho impopular. Desabastecimiento, inseguridad, inflación incontrolable, bajos sueldos y salarios por la depreciación y desempleo hacen un peligroso coctel para un gobierno impopular. A pesar de que los altos precios petroleros se mantienen, pareciera que la acumulación de desatinos del gobierno conduce a la República hacia una crisis política, económica y social de nefastas consecuencias. El actual gobierno nació envejecido, es lo más parecido a aquello que la jerga política usual denomina “el gobierno anterior.”
El gobierno ha perdido la calle, entendiendo por calle no las vías de tránsito humano y de vehículos sino el afecto de los sectores populares y sociales de los que se ufanaba que lo respaldarían “con hambre y si empleo.” Ahora hay más pobreza que hace 100 días; son más, mucho más, las familias cuyos ingresos no son suficientes para comer.
LA CAUSA R entiende desde siempre que son la pobreza y la exclusión los grandes obstáculos para consolidar la democracia. Entendemos que la desigualdad social es intolerable con el precio del barril de petróleo que sobrepase los 60 dólares y es un escándalo con un precio de 100 dólares por barril como el que tiene en la actualidad.
LA CAUSA R entiende que solamente en democracia y con democracia es posible abordar con éxito la solución de la pobreza, el empleo, la inseguridad, el costo de la vida, los problemas de la desigualdad y la exclusión social y la prosperidad de la nación. Y este no es un gobierno democrático.
LA CAUSA R entiende que el Estado de Derecho es una conquista de los pueblos del mundo y que debe estar concebido en función de los derechos fundamentales, en especial los de los grupos más vulnerables y de las minorías. Solamente en democracia y con un Estado de Derecho es posible conseguir un Estado social donde impere la justicia. Y en Venezuela no hay Estado de Derecho.
Este clima, que hemos bosquejado en esta apretada síntesis, caracterizado por la suspensión de la actividad legislativa, ilegalidad en la Contraloría, un TSJ dependiente y desprestigiado tanto como el CNE, y un Ejecutivo cuestionado, conforman un serio quebrantamiento de la institucionalidad republicana. Si a esto le agregamos el malestar general de la población, la corrupción y la intromisión descarada del espionaje cubano en nuestro País, se ha condicionado un ambiente que pone en peligro a la democracia.
Observando esta situación no nos parece extraño que en la grabación donde se informa a la inteligencia cubana se hable de GOLPE DE ESTADO. LA CAUSA R, fiel a su ideal democrático y a su trayectoria vinculada con las luchas populares y de los trabajadores, en busca de la implantación de la democracia, la justicia y la igualdad, rechaza cualquier forma de salida golpista, cualquiera que sea la bandera que invoquen los conspiradores. Una enfermedad política como la que padece Venezuela con este régimen no puede curarse con una enfermedad peor. El remedio es la democracia, un cambio democrático, una vuelta al camino que nos conduzca a la instauración de la democracia que anhelamos y no tuvimos: con justicia, sin pobreza, sin corrupción, con igualdad social.
LA CAUSA R, fiel a nuestra historia republicana, cree de verdad que LA SOBERANIA RESIDE EN EL PUEBLO, que son las elecciones la única vía para cambiar gobiernos. Que en razón de eso la actual crisis se resuelve con un nuevo CNE independiente que sustituya al actual, parcializado y ventajista, y que antes de que expiren los 6 meses de ley ordene la auditoría de las elecciones de 14A, en la que tanto Enrique Capriles como Nicolás Maduro estuvieron de acuerdo desde el comienzo. En todo caso, El TSJ tiene en sus manos una salida si hace la interpretación correcta a la impugnación de elecciones celebradas el 14 de abril.
CARACAS, 22 DE MAYO 2013