Los mataderos de novillos no están enviando carne a las carnicerías de la ciudad. José Moreno, vendedor, advierte la salida de su negocio de la venta de producto. “Son varios días sin carne, sin pollo y a precios regulados no se consiguen, si esto sigue así, desistiré”.
Los exhibidores están vacíos. El producto no le llega. “Es imposible vender regulado a 20, 25 bolívares el kilo, cuando del matadero llega a 48 bolívares. Desde hace cinco días nada se consigue”. Pide un encuentro con el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas. “No somos guarimberos. Queremos trabajar, dialogar con él para que nos ayude”.
A 50 metros de su carnicería, otra ya tomó la decisión: “Cerrado, no hay mercancía”, destaca un aviso colgado en la santamaría. Lisseth Mancilla, compradora, asegura que desde hace tres días el dueño cerró el local. “No le llegaba nada y tuvo que dejar de vender. Los vecinos no tenemos dónde comprar porque esto es en todas partes”.
Cuestión de escasez
La población busca “pollo y carne porque son esenciales para su alimentación”, resalta Moreno. El consumidor no mira salchichas, mortadelas ni chorizos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, las familias ahora consumen más carne que hace 10 años. A esto se suma que la producción ganadera no es capaz de satisfacer toda la demanda. Fedenaga anunció que era necesario importar carne, lecho y queso, por las complicaciones y restricciones del sector.
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