Mucha de las letras de Alejandro Sanz son tan dulces y románticas que nos cuesta creer que llegó a tener un pasado oscuro. Pero el mismo lo confesó recientemente en una entrevista.
En sus declaraciones al suplemento dominical XL Semanal, Alejandro confesó que algunos años de su juventud estuvieron marcados por excesos, que llegó a bajar “a los infiernos” en las primeras etapas de su carrera y que había “quemado” locales nocturnos como consecuencia de su ingenuidad como artista.
Obviamente sus palabras causaron distintas reacciones y por ello aclaró en la revista Vanity Fair…
“Quizá fui demasiado honesto en mi última entrevista. Pero hay que dejar claro que este mundo tiene luces y sombras, a estas alturas no vamos a engañar a nadie diciendo que la fama y la popularidad son maravillosas. Pero tampoco es que me guste quejarme, lo que quiero es que la gente no se asuste si alguna vez me dejo llevar un poco por los demonios”, indicó.
Él aceptó que su vida no ha sido precisamente un modelo a seguir, y que estos errores cometidos le han permitido explotar al máximo su potencial creativo.
“Bueno, yo soy Alejandro Sanz, no San Alejandro, aunque algunos piensen que mi vida ha sido siempre modélica. Mis primeros años conformaron una fase en la que pasaron muchas cosas. En España, a los veintitantos años es normal querer quemar garitos (bares) y al menos yo puedo contarlo. La vida tiene mucho de desgaste en general, y concretamente componer puede ser muy destructivo a veces. Y de hecho es bueno bajar a los infiernos de vez en cuando. No puedes cantar canciones que emocionen jugando al golf. La savia del arte también surge de esa raíz fea y sucia que está bajo tierra”, reflexionó el cantante a una publicación ligada al diario ABC.
Ya la madurez llegó a la vida del español, y actualmente como esposo y padre puede ver estas vivencias como aprendizajes.
Fuente: la.eonline.com