La secuencia de órdenes del gobierno nacional contra medios de comunicación nacionales e internacionales, es fiel muestra de que el plan de hegemonía comunicacional confesado hache varios años por el chavismo venezolano, intenta alcanzar su punto máximo bajo las directrices de Nicolás Maduro, despojando al país del endeble velo democrático que le sustentaba.
Así lo sostienen los parlamentarios julio Montoya y Miguel Ángel Rodríguez, quienes de visita en Atlanta -sede principal del canal internacional de noticias CNN- fustigan la orden de Maduro de sacar de las ofertas de programación de todas las cableoperadoras y televisoras satelitales de Venezuela, luego que unas horas antes “le abriera juicio sumario y le condenara como una empresa dedicada a la desestabilización del Gobierno radicado en el palacio de Miraflores”.
“No es un hecho aislado en estos días”, sostiene Rodríguez, el parlamentario y también periodista exconductor del programa de entrevistas estelares de la planta RCTV clausurada en el año 2007 por el extinto Comandante Hugo Chávez, “dado que el diferendo electoral desatado a raíz de que el líder opositor Henrique Capriles Radonsky, activara los mecanismos institucionales administrativos y judiciales establecidos ante casos como el que califica de “robo de elecciones presidenciales el 14 de abril, y el gobierno reaccionara virulentamente contra lo que pusiera en entredicho el triunfo de Nicolás Maduro.
Dice que ahora, todo medio, radioeléctrico, electrónico e impreso, que ose dar cabida como fenómeno noticioso, el discurso y el itinerario nacional e internacional de Capriles, es presionado de manera aguda y forzado al cambio de su línea editorial, sopena de su desaparición de escena en Venezuela, sobre la tesis “totalitaria” de que la disidencia es fascismo.
En este orden, se registra conmoción en la opinión pública nacional, por la merma de la cobertura a la oposición en el mundialmente conocido canal de noticias Globovisión, recientemente vendido a un grupo de empresarios que son señalados por distintos actores en Venezuela, como cooperadores y amasadores de una gran fortuna durante los años de dominio chavista en ese país.
Julio Montoya, uno de los más recios diputados denunciantes de casos de corrupción del Gobierno venezolano, recordó que bajo la misma fórmula hace unos años fue censurado y sacado de la tv paga venezolana el canal colombiano Cablenoticias. Igual sucedió con el informativo ” El Observador”, un producto premium de la antigua Radio Caracas Televisión que era trasmitido por la señal internacional de Caracol. Más recientemente se aniquiló la señal satelital venezolana de Atel Televisión por el hecho de que un grupo no afecto al gobierno pensaba comprar un paquete accionario del mismo y, en general, Nicolás Maduro ha amenazado con fuerza a todos los medios y periodistas del país, que no estén alineados con su proyecto hegemónico de propaganda.
“Ni el propio Hugo Chávez lo habría hecho de manera tan brusca e inescrupulosa, por lo que se evidencia que el silencio generalizado pretende sostener un gobierno con tan frágil origen basado en el delito de haber burlado la voluntad popular”, dijo Montoya.
Miguel Ángel Rodríguez, advierte que ante los ojos de la comunidad internacional es el mismo jefe de Miraflores quien está empeñado en dejar claro que el que encabeza, ha tornado en gobierno abiertamente totalitario, que suprime el pluralismo informativo para sustituirlo con propaganda violenta y discriminatoria bajo asesoría cubana. “Es como si desnudara su grave violación a los derechos humanos y escuda en su capricho de pretendido emperador que invoca su propia soberanía para violar el amparo universal al derecho a la libertad expresión y la libertad de acceso a la información de los ciudadanos del mundo.
Nota de prensa