Balas perdidas desde la cárcel hieren a niños y ancianos

Balas perdidas desde la cárcel hieren a niños y ancianos

Los habitantes coleccionan los proyectiles que caen sobre sus techos de zinc. (Foto: Juan Guerrero)

Se corroboraron las hipótesis. Jairo Ramírez, secretario de Seguridad y Orden Público, confirmó que el revuelo que se suscito el miércoles a las 8.00 de la mañana dentro de la Cárcel de Sabaneta fue producto de una riña entre los reos del área Penal y Rehabilitación -Máxima-. Para nadie está oculto que “el régimen interno de la cárcel se ha ido perdiendo”, publica La Verdad.

Por Luisana González / Maracaibo / [email protected]

El secretario no precisó quién inició la balacera. En las afueras de la penitenciaría, una pariente acusó de iniciar el enfrentamiento al pram de Penal, Édwin Ramón Soto Nava, conocido como el “Mocho Édwin”.





La mujer también contó que por el intercambio de balas y la riña dentro del recinto “los guardias les prohibieron la entrada y la entrega de pertenencias” a sus parientes presos. Hubo muchas madres que lograron entregar los bolsos con ropa y comida por la parte de atrás del reclusorio. Uno de los guardias se acercó, “una mujer pasó el equipaje por debajo de la reja y luego le entregó un rollito de dinero”, relató la familiar.

En recuperación 

Los tres heridos por las balas perdidas que salían de la prisión están fuera de peligro. Alejandro Fidel Villasmil Muñoz (40) recibió el impacto cuando estaba frente a su casa en el sector La Chamarreta, es uno de los que aún está delicado. El proyectil le perforó un intestino y causó que su organismo se contaminara. Se recupera en el piso siete del Hospital Universitario.

A Róger Cáceres (19) se le incrustó el proyectil en su pierna y a su abuelita, Corina Rojas (83), le rozó la mejilla. Por fortuna ambos ya están bien.

Peligro latente 

Los residentes de los sectores que rodean la correccional se quejan. “Vivimos en una zozobra constante. Cada vez que la plomazón se forma dentro de la penitenciaría, caen inocentes”.

El propietario de un taller mecánico, ubicado en el barrio La Misión, contó que uno de los seis plomos perforó el techo del carro de un cliente.

José Briceño, dueño de un abasto en el barrio La Sonrisa I, manifestó su disgusto ante la problemática. Cuatro balines tiene exhibidos en el mostrador de su tienda. “Muchas personas han perdido la vida, hay que tomar cartas en el asunto”.

Evitan un peligro

Los colegios del barrio San Pedro, que colindan con el fondo del penal, ayer por seguridad no dieron clases. Un profesor, que no se identificó, indicó que están “desesperados por salir del sector, hay mucha inseguridad”.