Al menos 20 heridos –algunos de ellos han tenido que ser hospitalizados– ha sido el saldo de una contundente carga policial contra numerosos manifestantes que protestaban por los planes del Gobierno turco de destruir parte de un parque del centro de Estambul.
Un grupo de manifestantes llevaban desde este lunes acampados frente al parque Gize, construido en 1940 y una de las pocas superficies verdes con las que cuenta el centro de la ciudad. Amnistía Internacional ha calificado este viernes de “excesiva” la fuerza utilizada por las unidades antidisturbios de la policía.
“La gente solo trataba de defender los árboles del parque, pero la policía les ha tendido una trampa y les ha atacado”, ha declarado a la agencia Efe el parlamentario de la oposición Ilhan Cihaner. “Los policías han actuado como si atacaran a un enemigo”, ha añadido. Varios diputados opositores han participado en la protesta.
“No nos inclinaremos ante ti”, rezaba una de las pancartas de los manifestantes, a la que acompañaba un caricatura de Erdogan con un turbante de emperador otomano.
El proyecto del Gobierno del primer ministro conservador, Recep Tayyip Erdogan, del partido islamista Justicia y Desarrollo, es levantar en la zona del parque afectada un centro comercial, un centro cultural y unos barracones militares, reconstrucción de la época otomana.
Megaproyectos cuestionados
El plan urbanístico forma parte de un conjunto de grandes proyectos muy cuestionados en el país, como la construcción de un tercer aeropuerto de grandes dimensiones, un tercer puente que una la parte europea y la asiática de la ciudad, un canal navegable del tipo de los de Suez y Panamá, y una mezquita gigante.
La protesta de estos días se enmarca además en una serie de manifestaciones en contra de Erdogan, a quien la oposición acusa de “autoritarismo”. En el poder desde hace 10 años, el dirigente islamista moderado ha logrado un espectacular crecimiento de la economía del país, al tiempo que ha sido implacable con centenares de militares que han acabado en la cárcel acusados de organizar un golpe de Estado. La misma suerte e idéntica acusación han sufrido académicos, periodistas y políticos.
Fuente: El Periódico