La cumbre Santos Capriles ha tenido un altísimo impacto político para el presidente de Colombia, para el legítimo líder de la oposición venezolana considerado como el presidente electo por más de la mitad del país, para Nicolás y la corte de enchufados y por supuesto para las relaciones entre los dos países.
Lo primero es definir porque me atrevo a calificar de “cumbre” la reunión entre ambos y la razón es que hasta que una auditoría confiable y transparente nos demuestre lo contrario, seguiré afirmando que el vencedor de los comicios el 14 de abril fue @hcapriles, con la cual cada vez que efectúa una reunión con cualquier mandatario de otro país, la misma tiene la característica de ser una reunión de Estado.
La consecuencia política inmediata para Santos es que con hora y media de reunión volvió a unificar en torno a su figura toda la opinión pública de su país. Sin saberlo, y demostrando una falta de olfato político cósmica, la élite que dirige el PSUV prácticamente le garantizó la reelección al presidente Santos, que venía perdiendo espacios en la opinión pública frente a los ataques de Uribe por sus blandas posturas frente a los desmanes anti democráticos de Nicolás. Si Cabello creía que le estaba haciendo un daño terrible al gobierno de Santos se equivoca, ya que con su absurda acusación lo consolidan.
Por otro lado, el recibimiento de Santos a Capriles es una reafirmación de que están apostando a largo plazo a la alianza del pacífico, junto a México, Chile, Panamá y Perú para conectarse con los mercados asiáticos y por supuesto los EEUU. Hoy día quienes están necesitando a Colombia somos nosotros, por lo cual romper relaciones económicas con ella es un acto contra Venezuela. Habría que añadir que chantajear al vecino país con boicotear el proceso de paz es un irrespeto a las víctimas de la guerra y una humillación al pueblo colombiano. Valga mi disculpa con el pueblo hermano por la locura e irresponsabilidad de quienes hoy dirigen la política exterior.
Para Capriles, la reacción del gobierno frente a la cumbre significó un triunfo político adicional al recibimiento. Todos los voceros enchufados se encargaron de hacer propaganda a la gira, aumentaron los incentivos del país a buscar vía internet o por la televisión por cable de enterarse de lo acontecido en la gira. Por otra parte, por primera vez en 14 años la oposición tiene una política internacional más eficiente que la del gobierno. Recurrir a los parlamentos y a los partidos democráticos del mundo para denunciar lo que ocurre en el país obliga a los gobiernos a solidarizarse con nuestra lucha democrática. Paradójicamente, la oposición está haciendo realidad la diplomacia de los pueblos para presionar a los gobiernos y sacarlos del pragmatismo del petróleo y las complicidades. Además, Henrique y la oposición siguen imponiendo la agenda pública y quien define la agenda, define la política.
Para el gobierno de Cabello y su subordinado, Nicolás Maduro, las consecuencias son terribles por donde se analice. Ellos esperan que su airada reacción inhiba a otros presidentes a recibir a @hcapriles pero creo que lograrán un objetivo distinto. Evidentemente el gobierno tiene unos aliados incondicionales tipo Raúl Castro, Evo, Correa, Noriega y Cristina que no lo harán, pero dudo que Peña Nieto en México, Piñeira en Chile y el mismo Humala en Perú se nieguen a hacerlo, y aún en países como Ecuador o Argentina las fuerzas políticas democráticas y sensatas que hacen vida en esos parlamentos seguramente recibirán a Capriles y a cualquier representante de la alternativa democrática. Lo otro que lograron con su desmedida reacción es aumentar la credibilidad de las denuncias formuladas por Capriles en cuanto a las prácticas anti democráticas y la inexistencia de instituciones autónomas que regulen el poder del gobierno. Además la pelea con Santos los enajena de millones de colombianos que viven en nuestro país y no entienden la desproporción de los ataques a su país, por recibir a un venezolano por al cual la mayoría de ellos le dio el voto.
Es lamentable la forma como el gobierno trató el tema de la cumbre, explicable sólo por tres motivaciones: i) realmente nos odian. Cabello y Nicolás sienten un desprecio tan grande por los que pensamos distintos que sus conductas deben ser analizadas a la luz de herramientas psiquiátricas e incluso atendido por expertos de esa disciplina; ii) el talante militarista y bélico con la cual los enchufados se aproximan a lo público los lleva a construir un escenario político como si se tratara de una guerra donde nosotros somos sus enemigos y deben exterminarnos; iii) hacen una lectura inadecuada de los resultados del 14A y de los sondeos de opinión. Los enchufados no terminan de asumir que son minoría y actúan como Hitler al final de sus días, imaginando ejércitos y delirando con conquistar el mundo cuando estaba totalmente derrotado.
Carlos Valero
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