El desempleo en España ha alcanzado récords históricos y los recortes presupuestarios han afectado seriamente al mercado laboral y al crecimiento, estimó en su informe anual la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que llamó a que las políticas de reducción del déficit vayan acompañadas de otras que creen empleo, AFP.
En 2012 “la tasa de desempleo llegó al 26%, es decir, 3,1 puntos porcentuales” más que el año anterior, lo que supone “uno de los mayores incrementos registrados en Europa con la excepción de Grecia”, con un vertiginoso índice de paro de 57,2% entre los jóvenes (de 16 a 24 años) y de 39,1% entre los trabajadores extranjeros.
En el primer trimestre de 2013, la tasa siguió subiendo y alcanzó el 27,1%, “con lo que el nivel de desempleo alcanza un récord histórico ligeramente por encima de los 6 millones de personas”, recuerda.
“El impacto de la actual crisis económica sobre los ingresos de los hogares ha sido muy importante”, estima, ya que a inicios de este año había 1,45 millones de personas “viviendo en hogares sin ingresos laborales (salarios, prestaciones o subsidios por desempleo, o pensiones)”, es decir, 743.000 personas más que en el primer trimestre de 2007, antes de la crisis.
En ese contexto, no es de extrañar que España haya sido “uno de los países de la UE que ha experimentado un mayor incremento en el índice de descontento social entre 2010 y 2012, junto con Chipre, la República Checa, Grecia, Italia, Portugal y Eslovenia”, señala el informe, que pide combinar los ajustes con medidas de reactivación.
“Lograr unas cuentas públicas saneadas tiene una importancia fundamental. No obstante, la economía española necesita [poner] el empleo al mismo nivel de relevancia que el resto de objetivos macroeconómicos”, recomienda la organización, con sede en Ginebra.
La organización considera que la reforma laboral de 2012, que busca un mercado laboral más flexible, puede “deprimir aún más el empleo” y “aumentar la pobreza”, por lo que la OIT pide “un diálogo social renovado” y “nuevas y más eficaces políticas activas” de empleo.
Para ello propone reanudar el crédito a las pequeñas y medianas empresas y sostiene que “las medidas realizadas dentro de la reforma del sistema financiero deberían considerar de manera explícita una rápida restauración del crédito (tanto inversor como comercial) a las empresas, en especial las PYMEs”.