Las imágenes, que fueron tomadas con una nueva cámara óptica de gran campo del telescopio WIYN, de 3,5 metros, en el Observatorio Nacional de Kitt Peak en Arizona (EE.UU.), revelan una cola gigantesca que se extiende más allá de los campos de visión del instrumento.
Corriente de meteoros
Este evento dio lugar a partículas o filamentos de polvo y grava de pocos centímetros de que se distribuyen en una cola en forma de tubo y que seguramente fueron expulsados por el núcleo del objeto, de 140 metros de diámetro. Dado que las órbitas de la Tierra están en el mismo plano que estos desechos, se observa una línea o una estructura en forma de cola. Con el tiempo, estas partículas, bajo la atracción gravitatoria del Sol, formarán una corriente de meteoros alrededor de nuestra estrella. Estas corrientes son lo que vemos como «estrellas fugaces» cuando la Tierra las atraviesa. Los restos de eventos como estos contribuyen a la nube de polvo, llamada halo zodiacal, que se extiende a lo largo de nuestro sistema solar.
Además, se da la circunstancia de que los científicos relacionan este asteroide con el grupo de rocas conocido como «familia Flora» del que surgió la que puso fin al reinado de los dinosaurios hace 65 millones de años.