¿15 AÑOS DE CHANTAJES?:
Se chantajeó a los miembros del Caricom, en La Habana, para que apoyaran el ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU so pena de quitarles el petróleo que bajo la figura de crédito a varios años se les regala con la esperanza de que algún día paguen. A Guyana, con Bharrat Jagdeo, dejando de lado la reclamación territorial para que ayudara a reunir ese apoyo. A España respecto a las inversiones en Venezuela, o a Uribe con la amenaza de guerra económica y tanques en la frontera tras el bombardeo del campamento de las FARC en Ecuador. El guión se repitió por doquier. Francia, Inglaterra, Holanda, Curazao, México, Panamá, Honduras, Perú lo saben. Temas diferentes en cada uno. Hasta Estados Unidos donde repartió petróleo gratis en un negocio -que tiene contra la pared de la corrupción al socio Kennedy- solo para chantajear al gobierno de Bush II con la amenaza nunca cumplida de no mandarle más petróleo. Hoy es menos posible ante la independencia del país “imperial” del suministro extranjero.
Lo que vimos en reacciones descabelladas del jefe de la asamblea, destempladas de Jaua, risibles de varios diputados (como la del amoroso rojo que quedó en ridículo en NTN24 señalando que Capriles había ido a buscar de Santos “el dinero que la Polar ya no le podía brindar tras haberlos amenazado Maduro en su reunión”) y fuera de contexto como las de los cagatintas pesuvistas. Llegamos así al penúltimo chantaje al gobierno colombiano que dejó peor parado a Maduro. La amenaza de salirse de las reuniones en La Habana donde se negocia la paz entre el gobierno de Santos y las FARC bajo el auspicio cubano es solamente un “bluff”. Por eso sería el recule donde el enemigo a destruir no es ahora Santos ni Colombia sino la “acuseta” oposición anti patria.
Chávez tuvo influencia para ayudar a los Castro y a Santos a sentar a los narcoterroristas en la mesa de las negociaciones en Cuba asegurándoles que si constituían un partido luego de “dejar” las armas y con “la paciencia que yo tuve” llegarían a gobernar el vecino país. Cuando ya se logró el acuerdo de sentarse a la mesa negociadora la influencia de Chávez comenzó a diluirse pues el objetivo colombiano -con la conexión de los Castro-se había alcanzado.
Nuestro representante es el embajador de carrera, con más de cuarenta años de servicio en las “repúblicas” de Venezuela, Roy Chaderton quien tiene muy buena relación con los guerrilleros tras participar en la fallida negociación en la zona de despeje siendo embajador en Bogotá; llevó a un apartamento en San Bernardino en Caracas a los más altos jefes de la guerrilla para que comenzaran sus diálogos con el nuevo presidente venezolano; fue invitado por el presidente Andrés Pastrana al Cajuán y fue el interlocutor válido de Marulanda y los jefes por varios años.
Por ello cuando Maduro chantajea a Colombia con retirarse de la mesa negociadora de La Habana es a Chaderton a quien llama a consultas. Tras el diálogo se suavizó la posición de la incontinencia verbal quedándose en la mesa pues de retirarse poco importaría en las discusiones. Las bases de acuerdos se han ido logrando por etapas. Mucho menos impacto tendría el chantaje pretendido por el ministro de alimentación de no comprar más alimentos a Colombia pues hoy solo el 2% de las exportaciones alimentarias viene a Venezuela. Maduro no amenazó con enviar tanques a la frontera. Recordaría la cómica nacional y foránea con los tanques malos y los puentes rotos. Copión hasta de las arengas emocionales de quien lo designó a dedo no entiende que el chantaje no funciona.
Hoy los chantajeados “del imperio que nos quiere invadir, matar, inocularme y montar a los fascistas en Miraflores” nos venden gasolina y derivados, nos compran cada vez menos oro negro y ven como la ALBA se hace inoperable sin el dinero que hoy Venezuela requiere y no tiene. Risible el fin de semana la infantilidad de aliarse con el borrachín e incestuoso nicaragüense Daniel Ortega, enemigo de Colombia, acusando a Santos de “querer ingresar a la OTAN y traer sus tropas al continente de paz”. Pena ajena.…
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