El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, tenía que ser sometido este viernes a una “operación exploratoria” bajo anestesia general en el abdomen, a tres días de su 92º cumpleaños, mientras la soberana seguía con su agenda habitual.
El duque de Edimburgo fue hospitalizado el jueves por la tarde en la London Clinic, en el centro de la capital, donde llegó en automóvil después de haber asistido sonriente con la reina a una recepción en los jardines del palacio de Buckingham.
Aunque el palacio indicó de entrada que el príncipe podría permanecer “hasta dos semanas” en el hospital, insistió en que la intervención estaba programada y se produce después de unos exámenes en el abdomen que se le practicaron en la última semana.
“Está muy bien de salud”, declaró una portavoz en la tarde del jueves.
El palacio no detalló de qué tipo de intervención se trataba, limitándose a decir que se trataba de una “operación exploratoria”.
Pero la prensa local, citando especialistas indicaba que podía tratarse de una laparoscopia, una cirugía poco invasiva que consiste en introducir un dispositivo a través de una pequeña incisión para examinar la cavidad pélvica abdominal.
El diario The Times habló por su parte de una laparatomía, que requiere una mayor incisión para explorar y eventualmente tratar los problemas en el abdomen.
En todo caso, la perspectiva de una anestesia general para un hombre de casi 92 años ha reavivado los temores sobre su salud.
A pesar de que el duque de Edimburgo goza de un vigor y una vitalidad excepcional para su edad, esta es su cuarta hospitalización desde diciembre de 2011, lo que señala que la edad le empieza a pasar factura.
Felipe, que ostenta desde 2009 el récord absoluto de longevidad en la posición de príncipe consorte británico, redujo considerablemente sus actividades oficiales al llegar a los 90 cumpleaños, aunque continúa cumpliendo con numerosos compromisos cada año.
“Es un hombre decidido a ir hacia delante […] probablemente hay pocos nonagenarios en este país que tengan un programa tan cargado como el suyo”, subrayó la especialista en asuntos reales, Kate Williams, en la BBC.
“Es alguien que, al igual que la reina, piensa que la manera de lidiar con sus estados de ánimo es seguir cumpliendo con sus deberes, hacer lo que tiene previsto”, subrayó.
A pesar de la operación, Isabel II, de 87 años, mantuvo sus actividades previstas para este viernes, incluida una visita para inaugurar oficialmente los nuevos estudios de la radiotelevisión pública británica BBC, que entraron en funcionamiento el año pasado.
Por segunda vez esta semana, la reina no estará acompañada de quien ha sido su principal sostén desde que se casaron en 1947, y sobre todo desde que fue entronizada en 1952.
Felipe tuvo que renunciar a acompañarla la noche del lunes a un acto oficial porque no se sentía bien, aunque una portavoz del palacio indicó la víspera que se debía sobre todo a que “había perdido temporalmente la voz”.
El martes, sin embargo, reapareció al lado de la soberana en la misa solemne del 60 aniversario de su coronación en la Abadía de Westminster.
El resto de la semana continuó también normalmente con sus actividades hasta la ‘garden party’ del palacio, donde según dijo a la prensa local uno de los invitados, Sir John Pearce, estuvo “contando chistes”.
Antes de esta hospitalización, que podría ser la más larga desde 2011, el príncipe Felipe fue ingresado en dos ocasiones el año pasado, en junio y en agosto, debido a una infección urinaria.
Antes, en diciembre de 2011, tuvo que ser operado de urgencia de una obstrucción coronaria que le impidió pasar parte de las vacaciones navideñas con el resto de la familia.
El primer ministro David Cameron envió el jueves sus “mejores deseos” al príncipe. “Espero que tenga una pronta recuperación”, escribió en Twitter. AFP