La inflación en Venezuela se disparó a máximos históricos al acelerarse en mayo al 6,1 por ciento atizada por el despegue de los precios de los alimentos y el alza de los salarios, complicando el panorama económico para el presidente Nicolás Maduro tras una devaluación a inicios de año, reseña Reuters.
La variación anualizada del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue de 35,2 por ciento hasta mayo, muy por encima del 22,6 por ciento del año previo, dijo el jueves el Banco Central.
El avance de mayo fue el más pronunciado desde que hace cinco años el ente emisor modificó su metodología de medición. Pero si se compara con la utilizada anteriormente, que sólo incluía los precios de Caracas, éste sería el mayor salto intermensual desde 1996, cuando el país petrolero hacía frente a los embates de una crisis financiera.
“Estas cifras se dieron en un escenario afectado por el efecto residual del ajuste cambiario del mes de febrero y por el aumento del salario mínimo a partir del 1 de mayo”, explicó el Banco Central de Venezuela (BCV).
Desde que llegó a la presidencia en abril como heredero del fallecido mandatario socialista Hugo Chávez, Maduro ha enfrentado una carencia de dólares que ha frenado las vitales importaciones y generado una creciente escasez de bienes como alimentos e incluso papel higiénico, en un entorno de alta inflación tras la devaluación.
Venezuela devaluó su moneda en un 32 por ciento hasta una tasa de cambio de 6,3 bolívares por dólar, desde los 4,3 bolívares previos, y eliminó un sistema alternativo de asignación de divisas, lo que aceleró una espiral inflacionaria cuyos efectos son cada vez más visibles.
La inflación acumulada en los cinco primeros meses del 2013 fue de 19,4 por ciento, bastante mayor al 6 por ciento del mismo período del 2012, cuando el avance anual de los precios logró ser contenido mediante múltiples controles de precios y cambios para llegar a 20,1 por ciento.
Los precios de los alimentos subieron un 10 por ciento en mayo, mientras que el rubro de servicio de restaurantes se incrementó en un 6 por ciento, resultando los renglones de mayores alzas, seguidos por las bebidas alcohólicas que escalaron un 5,1 por ciento.
El banco central dijo que el rubro de los alimentos y las bebidas no alcohólicas fueron impactados por un aumento de un 20,4 por ciento en los costos agrícolas y por ajustes en algunos precios oficiales de productos sometidos a controles.
El resultado acumulado entre enero y mayo liquidó las previsiones del Gobierno de lograr una inflación para este año de 16 por ciento, mientras que analistas esperan que los precios crezcan al menos un 35 por ciento.
Tras la devaluación, Venezuela decretó un aumento gradual de salario mínimo para intentar compensar la pérdida de capacidad de compra de los consumidores y lanzó un plan de contingencia para acelerar la entrega de divisas a los importadores.
Adicionalmente, autorizó aumentos de precios en rubros como leche, carne y pollo para hacer frente a una acuciante escasez que, según un índice del BCV que mide la falta de productos en los anaqueles, alcanzó en mayo a un 20,3 por ciento, un punto porcentual menos que el mes previo.
El crecimiento económico se empezó a resentir en el primer trimestre, cuando se desaceleró a un 0,7 por ciento ante una caída de las importaciones y el retroceso en sectores como la construcción que se habían expandido durante el último año gracias al gasto público.
“Hay una cifras muy, pero muy atemorizantes en este informe”, dijo a Reuters el analista de Goldman Sachs para Latinoamérica, Alberto Ramos.
“Hay un riesgo significativo de pasar de una estanflación hacia un escenario de hiperinflación. Realmente estamos jugando con fuego”, añadió.
Maduro asegura ser víctima de una ofensiva económica para derrocarlo. La oposición todavía no ha reconocido su apretada victoria en las elecciones de abril.
Control en desgaste
El gobierno socialista de Maduro ha mantenido la receta de Chávez de un férreo control sobre los precios acompañado por un tipo de cambio anclado. Y aún así la nación petrolera tuvo en 2012 una de las mayores inflaciones del mundo.
Las previsiones privadas para el 2013 superan ampliamente las del 2012, pues el Gobierno se comprometió a “revisar” decenas de precios que llevan años o meses congelados y aún falta por aplicar dos tramos del incremento obligatorio del salario mínimo.
Las autoridades lograron contener los precios en 2012 mediante controles supervisados con lupa, un prolongado congelamiento de la tasa de cambio y leyes para limitar costos, en medio de un ingente gasto público con miras a los comicios de octubre pasado en los que Chávez logró su tercera reelección.
Desde entonces, una progresiva escasez de dólares frenó las importaciones y acentuó la escasez de productos. El precio de la divisa estadounidense en el mercado no oficial se cuadruplicó.
Eso contribuyó a una caída en la popularidad de Maduro, electo con una estrecha ventaja de menos de 1,5 puntos porcentuales, y atizó rumores sobre una nueva devaluación en ciernes.
“Hay fundamentos macroeconómicos para otra devaluación este año. Si no hay disciplina en el gasto público, se genera un círculo vicioso entre la devaluación y la inflación”, dijo a Reuters Henkel García de la firma local Econométrica.
Maduro lo niega.