Al menos diez personas han muerto en los últimos dos días en la estratégica ciudad portuaria de Kismayo (sur de Somalia) en combates que enfrentan a varios clanes rivales, aseguraron hoy a Efe testigos presenciales.
Milicias leales a dos líderes autoproclamados presidentes de la región de Jubaland, cuya principal ciudad es Kismayo, se enfrentan a desde primeras horas del viernes en las calles de la urbe, dijo a Efe el residente local Suleyman Ali.
Los combates comenzaron cuando la milicia Raskamboni, liderada por Ahmed Madobe, elegido presidente de Jubaland por una asamblea de notables -aunque el Gobierno somalí no reconoce esa designación-, intentó detener ayer a Iftin Hassan Basto.
Hassan es un político que dice ser también presidente de Jubaland y que se dirigía a un hotel de Kismayo para reunirse con el ministro somalí de Defensa, Abdi Karim Fiqi, quien quiere resolver la disputa por el poder en la región.
“Los combates de hoy en Kismayo mataron a tres civiles y varios resultaron heridos. La gente está huyendo de sus casas. El viernes, murieron siete personas”, aseguró a Efe Yusuf Sabir Dahir, otro habitante de Kismayo.
Por su parte, el residente Ali agregó que “los comercios, las escuelas y el transporte público no funcionan. Las personas que murieron el viernes han sido enterradas y los heridos están siendo atendidos en el hospital”.
El ministro somalí de Defensa condenó la lucha de clanes, que pugnan -entre otras cosas- por el control de los pingües beneficios del puerto de Kismayo, y exigió el fin de la violencia.
Los combates empezaron en el barrio de Alanley, en el sur de la ciudad y se extendieron rápidamente hacia en el oeste y el centro.
Soldados kenianos la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) fueron desplegados en la urbe para prevenir nuevos enfrentamientos y se retiraron del centro para evitar víctimas.
Fuerzas de AMISOM arrebataron Kismayo a la milicia radical islámica Al Shabab a finales del pasado septiembre.
La importancia de la toma de Kismayo reside en su puerto, que generaba importantes ingresos para los radicales con las exportaciones, y que también era punto de entrada de armamento para la milicia.
No obstante, los islamistas controlan aún amplias zonas del centro y del sur del país, donde el frágil Gobierno somalí todavía no está en condiciones de imponer su autoridad.
Las tropas de AMISOM, el Ejército somalí, las fuerzas etíopes y milicias progubernamentales combaten a Al Shabab, que el pasado febrero anunció su unión formal a la red terrorista Al Qaeda y que trata de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados. EFE