La represa que ha contenido la inflación de bienes y servicios por meses se desbordó en mayo, cuando los precios subieron al nivel más alto desde 1996, erosionando aún más el poder de compra del venezolano. correodelcaroni.com / María Ramírez Cabello
En el caso de Ciudad Guayana, los alimentos registraron la mayor inflación de los últimos 37 meses, es decir, desde abril de 2010 cuando el Ejecutivo ajustó los precios regulados de ciertos alimentos de la canasta alimentaria que estaban rezagados.
La escalada de la inflación coincide con el estancamiento del aparato productivo, que en el primer trimestre del año creció apenas 0,7%, de acuerdo con el Banco Central de Venezuela, por la reducción de la demanda y el aumento desacelerado del consumo de los hogares.
Los indicadores son el estreno económico del gabinete ejecutivo, encabezado por Nicolás Maduro, y secundado por Nelson Merentes y Jorge Giordani, a cargo de las carteras de Finanzas y Planificación, respectivamente.
El evidente deterioro del poder adquisitivo choca, además, con la entrada en vigencia de la reducción de la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales que ha significado para trabajadores públicos y privados la merma en sus ingresos.
La fatal mezcla hace mella en la rezagada popularidad de Maduro, que no sólo ha tenido que lidiar con altos precios, sino con la profundización de la escasez que lo ha obligado a importar -incluso- rollos de papel sanitario y la posibilidad de una eventual devaluación que, aunque ha sido negada por el mandatario nacional, constituiría otro duro golpe al mullido bolsillo.
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