El ex presidente sudafricano Nelson Mandela pasaba el martes su cuarto día en el hospital donde está internado en terapia intensiva para tratar una infección pulmonar.
Andrew Beatty/ AFP
El ex presidente sudafricano de 94 años fue llevado de urgencia el sábado a un hospital de Pretoria, y su condición es seria pero estable, según fuentes oficiales.
Su último problema de salud ha sido recibido con plegarias y una creciente aceptación entre los sudafricanos de que su héroe podría estar llegando al final de su vida.
“Está recibiendo tratamiento intensivo”, declaró el lunes a la AFP el portavoz presidencial Mac Maharaj, que estuvo en prisión con Mandela.
“Permanece en el hospital y su estado no ha cambiado”, señaló la presidencia luego de afirmar que su estado era “serio pero estable”.
La seguridad fue reforzada alrededor del Mediclinic Heart Hospital en Pretoria. La policía acordonó la zona alrededor de la entrada y registraba a los vehículos y los peatones que entraban.
El lunes, Nelson Mandela recibió la visita en el hospital de su ex esposa Winnie Madikizela-Mandela y de la hija de ambos, Zindzi.
Su actual esposa, Graça Machel, ha estado junto a su lecho desde que fue internado.
Se han dado muy pocas informacioens sobre el estado de Mandela, pero el héroe de la lucha contra el apartheid tiene una historia de problemas pulmonares desde que se le diagnosticó una tuberculosis en 1988.
Es la cuarta estadía en el hospital en siete meses del hombre que es amado como un símbolo mundial de la paz y el perdón, y como padre de “La Nación Arcoíris”.
La jefa de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, dijo que le informaron que Mandela “responde positivamente al tratamiento”.
“Él ha cumplido con su parte. Nosotros nos limitamos a orar para que se recupere”, afirmó Kennedy Moraga fuera del hospital.
Mientras tanto, el acceso al venerado estadista fue restringido a los miembros más cercanos de su familia, para tratar de reducir el riesgo de infecciones.
A fines de abril, el presidente Jacob Zuma y los principales jerarcas del partido en el poder (Congreso Nacional Africano, ANC) fueron fotografiados con un Mandela muy serio y que parecía extremadamente frágil en su hogar de Johannesburgo.
El ANC –que deberá disputar elecciones en 2014– ha perdido gran parte del prestigio que le otorgaba Mandela debido a numerosas acusaciones de corrupción, a la pobreza y a las carencias de los servicios públicos.
El partido y el gobierno desmintieron que los allegados de su ex líder les hubieran prohibido visitar a Mandela en el hospital.
Maharaj afirmó que Zuma lo visitará cuando sea el momento adecuado.
“El presidente tiene intenciones de visitarlo, su actitud es dejar primero que el equipo médico tenga todo el espacio necesario para atenderlo y luego dejar que sus seres queridos más cercanos puedan tener acceso a él”, explicó.
Mandela, que cumplirá 95 años el mes próximo, regresó al hospital dos meses después de haber sido dado de alta luego de un tratamiento contra una neumonía.
No ha sido visto en público desde la final de la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica, en julio de 2010, y hace muchos años que dejó de tener actividades políticas.
La prolongada ausencia de Mandela de la vida pública ha obligado a un país que lo adora a pensar en lo que significa la democracia multirracial obtenida a costa de tantas luchas sin el hombre que la forjó.
“Creo que habrá preocupación fuera de Sudáfrica porque Mandela es considerado como el pegamento que mantiene a Sudáfrica unida”, declaró a la AFP el analista Daniel Silke.
“Pero yo creo que esto es algo que hace tiempo terminó”, dijo, deseando sin embargo que mejorase.