Al menos 10,5 millones de niños trabajan en el mundo en el servicio doméstico, a menudo en condiciones peligrosas y de esclavitud, denunció este miércoles la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
Según la agencia de la ONU, casi tres cuartos de estos jóvenes trabajadores son niñas, y unos 6,5 millones tienen entre cinco y 14 años.
La realidad en el terreno escapa a los esfuerzos de la comunidad internacional para impedir esta explotación, dijo Constance Thomas, directora del programa mundial de la OIT para eliminar el trabajo infantil.
“La situación de muchos trabajadores infantiles domésticos no sólo constituye una seria violación de los derechos del niño, sino que sigue siendo un obstáculo para alcanzar muchos objetivos de desarrollo nacionales e internacionales”, dijo Thomas.
El problema afecta a todas las partes del mundo, pero la situación en el África subsahariana es preocupante, en particular en países como Burkina Faso, Ghana, Costa de Marfil y Malí, alerta la organización con sede en Ginebra.
El informe de 87 páginas, publicado con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra el 12 de junio, también denuncia que muchas familias campesinas en Pakistán y Nepal se ven forzadas a enviar a sus hijos a trabajar como sirvientes para poder pagar sus deudas.
En Haití, decenas de miles de niños, entre ellos muchos de los que lograron escapar a los desastres naturales que azotaron recientemente al país, están trabajando como sirvientes en condiciones no muy diferentes a la esclavitud.
Y miles de jóvenes etíopes son enviadas cada año a Oriente Medio para trabajar como domésticas.
La OIT alerta de que estos menores tienen que limpiar, planchar, cocinar, ocuparse de la jardinería, buscar agua, cuidar a otros niños y cuidar a los ancianos.
Expuestos a la violencia física, psicológica y sexual y a condiciones de trabajo abusivas, a menudo no tienen contacto con sus familias y suelen permanecer escondidos en las casas donde trabajan, volviéndose muy dependientes de sus empleadores.
La OIT también alerta de que muchos son obligados a prostituirse.
“Necesitamos un marco legal contundente que identifique claramente, prevenga y elimine el trabajo infantil en el servicio doméstico y proporcione unas condiciones laborales decentes a los adolescentes que pueden trabajar legalmente”, dijo Thomas.
Muchos países no consideran el trabajo doméstico infantil como una forma de trabajo infantil debido a unas relaciones difusas con la familia empleadora, reconoce el informe.
Estos niños trabajan pero no están considerados como trabajadores y pese a que viven con la familia tampoco están considerados como miembros de ésta, agrega la organización.
Este “vacío afectivo” abre la vía a la explotación, pero estos niños resultan difíciles de proteger porque pueden pasar desapercibidos al ojo público.
Los pequeños sirvientes domésticos representan cerca del 5% de los menores de 17 años trabajadores en todo el mundo, según datos de la organización. AFP