El Vaticano aún no resuelve pagos con tarjeta

El Vaticano aún no resuelve pagos con tarjeta

El Vaticano puso en venta la semana pasada otra moneda para conmemorar la histórica transición papal, aunque los coleccionistas del extranjero no podrán adquirirla durante varios meses.

(foto AP)

The Associated Press supo que el Vaticano no ha solucionado plenamente la suspensión del servicio de tarjetas de crédito, pese a haber anunciado hace cuatro meses que el sistema ya estaba funcionando. El impacto ha sido mucho peor que lo admitido por el Vaticano, y ha costado a la Santa Sede preciosas ventas precisamente cuando la renuncia del papa Benedicto XVI y la sorpresiva elección del papa Francisco propiciaron la venta de recuerdos del Vaticano.

Los problemas del sistema financiero de la Santa Sede no han cesado, entre denuncias incompetencia y corrupción. Sin embargo, el nuevo presidente del banco vaticano ha restado importancia a la situación, aunque reconoce el retraso y las pérdidas derivadas de la mala tramitación de las tarjetas de crédito.





“Las ventas subirán en el segundo semestre del año”, dijo a la AP Ernst von Freyberg.

La realidad es que los problemas con las tarjetas de crédito son otro dolor de cabeza para el Vaticano ahora que intenta mejorar su reputación internacional en una penosa transición hacia la transparencia financiera en la lucha contra el lavado de dinero.

En una entrevista esta semana, Von Freyberg reveló que estaba estudiando la posibilidad de que el banco — llamado Instituto de Obras Religiosas— reportara sus obligaciones fiscales para refutar las acusaciones de que es un paraíso fiscal.

“Quizá después de hacer una revisión legal a fondo”, dijo von Freyberg, “llegué a la conclusión de que deberíamos prestar más atención a ello”.

El caos con las tarjetas de crédito comenzó el primero de enero cuando el banco central italiano obligó a Deutsche Bank Italia a dejar de prestar servicios de pagos electrónicos a la Santa Sede. El Banco de Italia mencionó la falta de un sistema regulador —requerido por la Unión Europea— en el Vaticano.

La suspensión hizo que los visitantes del Museo del Vaticano solo pudieran usar dinero en metálico para pagar boletos de entrada, guías auditivas y libros sobre Miguel Angel. Fue un costoso inconveniente dado que los ingresos del museo son la principal fuente de ingresos del Vaticano, que en 2011 ascendieron a 91,3 millones de euros. Otras fuentes de ingresos del Vaticano se vieron igualmente afectadas: su supermercado, farmacia y el comercio libre de impuestos, al igual que su Oficina Filatélica y Numismática, que ofrece sellos conmemorativos y monedas tanto a los coleccionistas como a los turistas.

“Un desastre. Un desastre. Un desastre”, lamentó Mauro Olivieri, director de la oficina de monedas y sellos, que en 2012 fue la tercera fuente de ingresos del Vaticano con unos 20 millones de euros. “El año 2013 ha sido horrible”.

El primer semestre de 2013 debería haber sido una bonanza para Olivieri, dada la atención mundial que acaparó el Vaticano durante un mes, desde el histórico anuncio de Benedicto XVI el 11 de febrero de que se retiraría a fines de mes hasta la elección el 13 de marzo de Francisco, el primer papa jesuita y el primer pontífice latinoamericano.

Esas ocasiones históricas son muy buscadas por los coleccionistas de sellos y monedas, que acudieron en masa a lugares temporales de venta en la Plaza de San Pedro para adquirir el sello conmemorativo “sede vacante”, emitido en cuando Benedicto se retiró el 28 de febrero. AP